Una gran actuación del argentino Ángel Di María, con dos goles y una asistencia, dio el clásico francés al París Saint Germain 3-1 ante el Marsella.
En un encuentro marcado en su inicio por el malestar de los seguidores radicales del conjunto parisino, que dejaron vacía su ubicación habitual en el Parque de los Príncipes como protesta por la eliminación de su equipo en la Liga de Campeones, el PSG acentuó su autoridad en la Ligue 1.
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El conjunto de Thomas Tuchel, que contó con las bajas del uruguayo Edinson Cavani, del alemán Julian Draxler y del brasileño Neymar, elevó a diecinueve el número de clásicos consecutivos sin perder: dieciséis ganados y tres empatados.
El campeón puso fin a la buena línea del Marsella, que llegó a París con cinco triunfos y una igualada en sus seis compromisos recientes.
Y mantuvo el tipo durante casi toda la primera parte. Hasta la primera aparición de Di María, que envió un buen pase a Kylian Mbappe que, según recibió, cruzó la pelota fuera del alcance de Mandanda.
Pero tras el descanso el encuentro se reabrió. El Marsella obtuvo el empate en una acción que nació con un largo saque de puerta del portero visitante que recibió Lucas Ocampos. El argentino cedió la pelota a Valere Germain que superó al portero Alphonse Areola.
El reencuentro con el equilibrio duró diez minutos. Hasta que un pase dentro del área del alemán Thilo Kehrer, que sustituyó a Thomas Meunier, propició el primer tanto de Di María, que disparó casi sin ángulo para llevar el balón a la red.
El futbolista argentino amplió su repertorio poco después, con la ejecución de un golpe franco que sentenció el partido.
La diferencia pudo ser mayor si Kylian Mbappe, en el tiempo añadido, hubiera acertado con el penalti que cometió el japonés Hiroki Sakai.