El Bayern Munich resolvió sin brillo, aunque con un claro 3-0, el duelo de Champions League contra un Anderlecht que jugó la mayor parte del partido con 10 hombres, por la expulsión de Kums.
Ante todo, el primer tiempo de los bávaros no fue bueno. En el segundo, sentenció un partido que amenazaba complicársele pese a la superioridad numérica.
El Bayern se adelantó en el minuto 12 gracias a un penalti convertido por el polaco Robert Lewandowski. Antes, el colombiano James Rodríguez había tenido una ocasión de cabeza.
El penalti fue más que dudoso, ya que la falta de Kums contra Lewandowski se inició antes de que el polaco entrara al área. Sin embargo, el arbitro, el italiano Paolo Tagliavento, no dudó en sancionar la pena máxima y en expulsar a Kums, dejando al Anderlecht con un hombre menos.
Con ese arranque, el partido parecía servido para los dirigidos por el italiano Carlo Ancelotti, pero el Bayern perdió el hilo, empezó a cometer muchas imprecisiones en el último tercio e hizo pensar al Anderlecht que no todo estaba sentenciado.
Los belgas empezaron a presionar la salida del Bayern y tuvieron dos llegadas, un remate de Trebel en el minuto 36 al cuerpo de Manuel Neuer y un disparo desviado de Dendoncker desde buena posición, en el 41.
El Bayern tenía más posesión y más llegadas a puerta pero el partido amenazaba con darle vida al Anderlecht. Al comienzo de la segunda parte los belgas estuvieron cerca con un remate al poste del rumano Alexandru Chipciu.
No obstante, en el complemento empezó a verse que el desgaste físico de la primera le estaba pasando factura a los belgas.
Los bávaros empezaron a circular el balón buscando espacios y en el minuto 67 llegó al segundo gol, con remate del español Thiago Alcántara dentro del área a centro de Joshua Kimmich.
Ya antes se habían presentado tres buenas ocasiones. El meta Sels había salvado al Anderlecht en dos ocasiones, ante un remate de James y ante un cabezazo de Niklas Süler
Con el 2-0, el partido ya estaba sentenciado y el tercero también llegó en el 89 gracias a Kimmich, que aprovechó un buen pase de Jerome Boateng.