El Mallorca ha salido de la zona de descenso y dependerá de sí mismo para amarrar la permanencia en la última jornada ante el Osasuna en Pamplona, tras derrotar este domingo 2-1 al Rayo Vallecano en un partido que era vital para el equipo del mexicano Javier Aguirre, pero absolutamente intrascendentes para los del técnico Andoni Iraola.
La tensión y las ganas que pusieron sobre el césped, los mallorquinistas fueron determinantes para que el balear Abdón Prats, héroe del último ascenso a Primera, marcara el gol de triunfo en el tiempo de descuento.
El objetivo mallorquinista ante el Rayo era doble: borrar ante su público la pésima imagen ofrecida la semana pasada ante el Granada, que goleó 2-6, y mantener viva la llama de la esperanza para jugarse la permanencia en El Sadar.
Desde el minuto 1 quedó claro que el que se jugaba la vida era el Mallorca. Su juego, vertical y buscando con ahínco la portería rival, desbordó a un Rayo que llegaba a Son Moix con los deberes hechos y pensando ya en la próxima temporada.
El centro del campo del conjunto madrileño no pudo superar a un rival bien situado sobre el terreno de juego y que pudo marcar el ritmo de partido más conveniente para sus intereses con el gol de Vedat Muriqi. El ariete kosovar se ha convertido en la gran figura mallorquinista desde que llegó a la isla en el pasado mercado de invierno. Con su quinto gol se convirtió en el máximo realizador del equipo junto a Salva Sevilla.
Los Bermellones se fueron al descanso dependiendo de ellos mismos para el objetivo de la permanencia debido al empate del Cádiz ante el Real Madrid. Aunque Aguirre había avisado de que no quería saber nada de lo que ocurría en otros campos, muchos aficionados mallorquinistas seguían con atención los movimientos en el marcador del estadio Nuevo Mirandilla.
El Rayo salió en la reanudación decidido a buscar el empate. Obligó al Mallorca a retroceder muchos metros, cada vez, con más peligro para la portería local. Cuando el "Vasco" Aguirre se disponía a realizar los primeros cambios, llegó el gol visitante, obra del senagalés Pathè Ciss, que cabeceó libre de marcaje tras un tiro de esquina y dejó muda a la afición local.
El Mallorca lo intentó todo, aun a riesgo de dejar desprotegido a Manolo Reina. Y el héroe fue Abdón Prats, un ídolo para la afición mallorquinista, que no dudó en disparar a puerta en el minuto 91 para dar vida a su equipo, que tras el empate del Cádiz sale de la zona de descenso (supera a los gaditanos en el cómputo particular) y dependerá de sí mismo para continuar una temporada más en Primera División.
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