El Betis empató a cero en el estadio Alfredo di Stéfano contra el Real Madrid que dio un nuevo paso atrás, posiblemente definitivo, en sus aspiraciones por el título de LaLiga que puede convertirse en un mano a mano entre el Atlético Madrid y el Barcelona.
Andrés Guardado destacó en compañía de Guido Rodríguez logrando equilibrar el centro del campo bético dirigido por el chileno Manuel Pellegrini, formando una dupla que se complementa a la perfección. Guido se destacó por su presencia defensiva, mientras que Guardado fue el enlace para encontrar a Sergio Canales, el faro, en las arriesgadas y efectivas salidas de balón.
Fue incapaz el Real Madrid de marcar ante el Betis que tuteó a su rival y que tuvo, además, las ocasiones más claras del partido. El empeño madridista al final, con síntomas de fatiga, terminó por ser irrelevante en un duelo que terminó sin goles y con el belga Eden Hazard sobre el terreno de juego, la única buena nueva del equipo de Madrid.
Guardado, no exento de las labores defensivas sobre todo cubriendo la espalda de Juan Miranda en el costado izquierdo, volvió a demostrar que su presencia sobre el terreno de juego mejora el juego del Betis.
A seis minutos del descanso, Benzema enganchó arriba una acción de las que no perdona, con pase de Isco a la espalda de los centrales. El Real Madrid depende de su matador. Más aún en un día de atasco que quiso resolver en la segunda parte. Aumentando la ansiedad según avanzaba el partido y el Betis perdonaba sus peligrosos contragolpes.
Los de Zidane debían de dar un paso al frente. Sin margen de error en la pelea por el título. Dejaron espacios y creció la figura de Lainez, aportando calidad en cada una de sus acciones. Desequilibrando con velocidad y visión en el pase. Mendi perdonó la primera y el mexicano se jugó la segunda. El partido estaba en manos del equipo de Pellegrini pero le faltó acierto. Guido perdonó la más clara ante Courtois.
El empate contra el Real Madrid dejó también buenas sensaciones de Diego Lainez. En su vigesimoprimer encuentro de la temporada, el mexicano fue el que aportó chispa diferente en un encuentro más bien plano por las largas posesiones, sobre todo en la primera mitad.
Siempre mirando hacia adelante, con conducciones, recortes y un caño a un especialista defensivo como Casemiro. Además, demostró su crecimiento en el aspecto físico usando el cuerpo para defender el balón. A los 20 años, el extremo de Villahermosa empieza a cumplir con las grandes expectativas que han rodeado siempre su figura.