En una noche con pocas emociones en el Estadio Molineux, los Wolves se impusieron por la mínima al West Ham United, logrando un triunfo vital que los aleja de la temida zona de descenso en la Premier League. El partido disputado con intensidad bajo las luces de Wolverhampton, tuvo como protagonista al local, que supo capitalizar su dominio temprano para llevarse los tres puntos.
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Edson Álvarez
El mexicano Edson Álvarez, una vez más, arrancó el encuentro desde el banquillo del West Ham, una decisión táctica que parece será habitual para el mediocampista en lo que resta de temporada. Durante los primeros minutos, los Wolves mostraron superioridad, controlando el balón y asfixiando a unos londinenses que parecían desorientados. 
La recompensa llegó al minuto 21, cuando Jørgen Strand Larsen, tras recibir un pase preciso de Emmanuel Agbadou, soltó un derechazo desde fuera del área que se coló en las redes, desatando la euforia en las gradas. El resto del primer tiempo fue un dominio total de los lobos, que mantuvieron a un West Ham incapaz de generar peligro frente al arco rival. Sin embargo, el guion cambió en la segunda mitad con los ajustes de Graham Potter, técnico del West Ham, quien dio entrada a Edson Álvarez para disputar todo el complemento, buscando recuperar el control en el mediocampo.
Con el ingreso del mexicano y de Niclas Füllkrug, los Hammers tomaron la iniciativa y comenzaron a acechar el arco defendido por los Wolves. Las oportunidades se multiplicaron para los londinenses, que mostraron una cara distinta, más agresiva y vertical. Álvarez, desde su posición, aportó equilibrio y recuperaciones clave, mientras el equipo generaba peligro constante. Sin embargo, la falta de puntería impidió que el empate llegara.
El momento más dramático del partido se vivió cerca del minuto 80, cuando Füllkrug, tras un centro milimétrico, conectó un cabezazo entre varios defensores de los Wolves. El balón se estrelló con violencia en el travesaño, y en el rebote, Emerson Palmieri intentó aprovechar, pero su disparo se fue desviado por un costado.
El suspiro de alivio en Molineux fue evidente, los locales resistieron las llegadas finales del West Ham para asegurar una victoria que los llena de ánimo en su lucha por la permanencia, mientras los Hammers, pese al esfuerzo de Álvarez y compañía, se marcharon con las manos vacías.
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