Valencia y Chelsea firmaron empate vibrante en Champions
El Valencia no pudo vivir la noche mágica que esperaba en Mestalla, donde un triunfo ante el Chelsea le aseguraba el billete para los Octavos de Final y cedió un empate a dos goles que le obliga a jugarse la clasificación en la última jornada en Amsterdam ante el Ajax.
El partido no decepcionó. Fue de alto voltaje, emocionante, eléctrico por momentos. Aunque el empate final deja un sabor agrio a un gran Valencia que, pese a empatar en el minuto 82, desperdició ocasiones de las que no se suelen, ni se deben de fallar en este tipo de partidos, incluido un penalti.
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Maxi Gómez se erigió en el desafortunado protagonista de su equipo en este periodo al errar dos claras ocasiones, en especial la primera, en la que solo y a puerta vacía en el segundo palo no acertó a rematar mientras todo Mestalla se llevaba las manos a la cabeza. El Valencia llegaba poco pero con mucha claridad.
El Chelsea reaccionó y estiró sus líneas. Kanté y Abraham pudieron marcar pero el que lo hizo fue el Valencia. Una internada de Rodrigo por banda derecha fue rematada por Carlos Soler de primeras para poner el 1-0. Poco le duró la alegría a la parroquia local, ya que dos minutos después le cayó un rechace a Kovacic en la frontal y soltó un colocado disparo junto al poste que ponía la igualada antes del descanso.
Al inicio de la segunda parte, el Chelsea culminó la remontada en una polémica acción, ya que el árbitro anuló inicialmente el gol de Pulisic por fuera de juego, pero tras varios minutos, el VAR dio validez al tanto.
El infortunio no acabaría ahí para el equipo español. Un especialista como Parejo falló un penalti que paró Kepa a mano cambiada, cuando aún restaban 25 minutos por delante.
El Valencia, arropado por los suyos, insistía sin desfallecer en busca del empate y a ocho minutos del final tuvo la fortuna que le había sido negada cuando un centro de Wass se fue cerrando y tras golpear en el poste se convirtió en el empate a dos.
El final, con siete minutos de prolongación, fue vibrante. El partido estaba roto y cualquiera de los dos podía marcar. Rodrigo tuvo la clasificación, solo en el segundo palo falló con todo a favor, mientras la mitad de sus compañeros se dejaban caer al suelo desesperados. El Valencia mereció más pero no acertó y se jugará en Amsterdam su futuro europeo.