El martes pasado, Callum Hynes, recogepelotas en el Tottenham Hotspur Stadium, acaparó los reflectores al apurar el saque de banda y darle el balón a Serge Aurier, quien de inmediatro habilitó a Lucas Moura, que ya avanzaba por la banda, para asistir a Harry Kane quien marcó el empate transitorio a dos goles entre los Spurs y el Olympiacos por el Grupo B de la Champions League.
El juego terminó 4-2 a favor de los ingleses y tras la jugada de la igualada, Hynes incluso fue felicitado por José Mourinho, técnico del Tottenham, por la agilidad del recogebalones, que fue determinante para el tanto de su escuadra.
Esta escena recordó a Oakley Cannonier, otro recogebalones, que cobró fama después de auxiliar rapidamente a Trent Alexander-Arnold, para que éste cobrara anticipadamente el tiro de esquina que permitió marcar a Divock Origi el cuarto gol con el que el Liverpool eliminó al Barcelona en las Semifinales de la Champions League anterior.
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"Me encantan los recogepelotas inteligentes. Este chico estuvo brillante. Leyó el partido, entendió el juego y nos dio una importantísima asistencia. No estaba ahí sólo para mirar a la grada, a la luces o a las bufandas. Estaba viviendo el juego", refirió al final del juego ante el Olympiacos, José Mourinho, en un reconocimiento a Callum Haynes, uno de los recogebalones ingleses que han influido en la Champions League.
