Néstor Araujo: Barcelona se despide de la contienda por el título tras caer ante el Celta de Vigo
Un Barcelona triste se despidió matemáticamente de LaLiga al perder por 1-2 ante un Celta de Vigo que sumó su quinta victoria consecutiva, la cual no le sirvió para alargar el sueño europeo porque sus rivales, el Betis y el Villarreal, también vencieron sus encuentros.
Un doblete de Santi Mina dio el triunfo en el Camp Nou al Celta de Vigo, que remontaron el tanto inicial de un Lionel Messi que pudo haber jugado su último encuentro con la playera blaugrana.
El Barcelona empezó el partido volcándose al ataque, pero sin disponer de remates claros ante Iván Villar. Tan solo Antoine Griezmann en el minuto 10, tras un pase interior de Messi, tuvo un cara a cara con el portero visitante, al que no pudo superar.
En cambio, en el 28 Messi no desaprovechó una asistencia de Sergio Busquets, que le puso un balón milimétrico en la cabeza. Fue el gol número 30 del blaugrana en esta Liga, que el curso pasado se quedó en 25. El pequeño consuelo para Messi después de esta debacle blaugrana en la competición regular es que ya tiene en el bolsillo su octavo Pichichi, el quinto consecutivo.
La alegría del tanto de Messi le duró poco al Barcelona. Concretamente hasta el minuto 38, cuando un disparó fuerte desde la frontal del área en la primera llegada del Celta en el partido dejó helado a Marc-André Ter Stegen, quien no pudo ver la trayectoria del balón porque se lo impidió su compañero Gerard Piqué.
A falta de 20 minutos para el final, Koeman intentó dar otro aire al ataque con la doble entrada de Francisco Trincao y Martin Braithwaite y cinco minutos más tarde el Osasuna se adelantó en el Wanda Metropolitano, dejando en bandeja al Barcelona la posibilidad de llegar a la última jornada con opciones matemáticas de título.
Pero la impotencia de los blaugranas pasó de la teoría a la práctica con todo su esplendor. En el minuto 83 Lenglet fue expulsado por doble tarjeta amarilla y poco después el Atlético remontó al Osasuna.
La conclusión del drama catalán y la epopeya gallega la puso Santi Mina, quien batió en el 89 a un descolocado Ter Stegen al aprovechar el rechace del palo a un centro envenenado de Augusto Solari.