Una de las más grandes decepciones de la década en el mundo del futbol es el triste declive del Milan, no sólo a nivel internacional, sino que la crisis ha llevado a hacerle un equipo sin peso en la Serie A, misma que hace casi diez años veía a Il Diavolo coronarse por última vez, panorama completamente adverso a la realidad de hoy en día, un equipo sin identidad, sin un rumbo fijo que los tiene olvidados, a la deriva en la mitad de la tabla.
Zlatan Ibrahimovic, el más reciente refuerzo rossoneri para rescatar al equipo la segunda mitad del campeonato, fue la cara de aquel último título en la 2010-2011. Un club que, haciendo honor a su historia, se encontraba repleto de figuras de talla internacional tales como Thiago Silva, Andrea Pirlo, Robinho y el mismo delantero sueco; otros tantos en la etapa final de su carrera como Filippo Inzaghi, Clarence Seedorf o Alessandro Nesta completaban la plantilla.
Hoy en día la realidad es distinta, cruel para un siete veces campeón de Europa. A mitad de la década, Milan dejó de competir en Champions League y tuvo que conformarse en contender solamente por la Copa de Italia, la cual estuvo dos veces por ganar (2016, 2018), pues en Serie A ni cerca de hacerle competencia a los primeros puestos.
Cientos de millones de euros se han gastado en refuerzos, inversiones y prospectos, pero las desorganización que ha ido desde cambios constantes de propietarios hasta una fila de 10 técnicos en dicho periodo, no encuentran una proyecto sólido como el que el acérrimo rival, Inter de Milan, ha encontrado en Antonio Conte y refuerzos de primera talla como Romelu Lukaku o Diego Godín.
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De entre los logros más importantes en la década, está el título de la Supercopa de Italia (2016) o la producción de jugadores como Gianluigi Donnarumma, Davide Calabria o Patrick Cutrone. Después de un desfile de jugadores, pareciera Milan haber encontrado una base sólida de jugadores comandado por Alessio Romagnoli, Giacomo Bonaventura y Suso, pero sin un proyecto serio se ve complicado un reanime.
Ibrahimovic, así como hace 10 años, parte como el pilar base de una nueva esperanza rossoneri. El tiempo dirá si alguna vez Il Diavolo podría volver a ser considerado uno de los más poderosos equipos italianos, aunque de momento, la segunda década del siglo queda para el olvido en la historia rossoneri.