En el majestuoso escenario de San Siro, el Girona dijo adiós a su aventura europea tras sucumbir ante un Milan guiado por un Rafael Leão inspirado y letal. El equipo de Míchel, que llegó a la Champions con el sello de la “Cenicienta”, no logró mantener el paso ante los gigantes continentales, quedando eliminado prematuramente de la competición.
El partido comenzó con una chispa de esperanza para el Girona, que rozó el gol en los primeros compases con un remate de Yangel Herrera que acarició el poste tras un saque de esquina. Sin embargo, las intenciones del conjunto catalán pronto se vieron neutralizadas por la presencia arrolladora de Rafael Leão.
El extremo portugués fue un torbellino imparable, desbordando con facilidad por los pasillos interiores y exteriores. Su habilidad para bailar con el balón atado a los pies y su velocidad supersónica desquiciaron a la defensa del Girona, que nunca encontró la manera de detenerlo. En una de sus muchas incursiones, provocó una falta peligrosa que Reijnders estuvo cerca de convertir en gol. Poco después, fue el propio Leão quien, tras un par de recortes en el área, soltó un zambombazo imposible para Gazzaniga, firmando el 1-0 que marcó el devenir del partido.
Míchel movió el banquillo buscando una reacción, pero el equipo ya estaba desfondado. Sin goles fuera de casa y con un balance negativo frente a rivales como el PSV, Feyenoord y Liverpool, el Girona cerró su primera aventura europea con un sabor agridulce.
