Un gol de Raheem Sterling y otro de Phil Foden dieron el triunfo por 2-0 al Manchester City contra el Dinamo Zagreb e hicieron justicia a lo visto en un duelo donde los ingleses fueron muy superiores.
Estaban los anfitriones destinados a dominar el partido y no huyeron de las expectativas, pese a ello la posesión y las oportunidades no fueron armas suficientes para que los de Pep Guardiola se marcharan al intermedio en ventaja ya que el acierto, otro elemento fundamental para lograr la victoria, brilló por su ausencia en el arranque.
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Los locales lo intentaron de numerosas formas pero a la hora de la verdad naufragaban cuando se trataba de llevar el balón a la red. Probó suerte Bernardo Silva con una volea que se marchó por encima del larguero, destino idéntico al que corrió el tiro de un Agüero a quien posteriormente le anularían un gol. Tuvo además una clara Silva, pero su impacto desde el interior del área rozó el palo.
Sin embargo, ninguna de ellas fue tan buena como la del centrocampista Ilkay Gündogan, el cual se encontró con el larguero al llegar desde segunda línea y golpear un esférico que había quedado muerto.
Sterling abrió la grieta en el muro croata. Lo hizo poniendo la guinda una buena triangulación nacida en la medialuna y que había encontrado continuidad en una gran asistencia de primeras servida por Ryad Mahrez.
Ya por delante, el City comenzó a respirar tranquilo toda vez que no se veía en peligro. Mantuvo aún así el ritmo y continuó fluyendo su futbol, sucediéndose las llegadas pero escaseando de nuevo la puntería hasta que Foden en el descuento puso el 2-0 definitivo.