El brasileño Paulo Silva, mejor conocido como Somalia, dio de qué hablar después de reconocer que, cuando era jugador de Botafogo fingió que había sido secuestrado para no ir a un entrenamiento.
De acuerdo con el diario 'A Bola', el penoso episodio se dio en 2010. El futbolista le dijo a la policía que también había sido secuestrado.
La justicia no dio a conocer los resultados de la investigación públicamente, sin embargo,el club se enteró de que todo había sido una mentira, esto después de consultar cámaras de seguridad.
Resultó que Somalia había salido de fiesta la noche anterior a la práctica, regresó a las cinco de la mañana y ocultó las joyas que supestamente le habían robado en su garage.
Tras enterarse de lo ocurrido, Botafogo multó al mediocampista, que fue cedido a otros equipos y nunca más vistió la playera del Fogão.