Ni siquiera el marcador, un 4-1, ni la contundencia con la que respondió al 1-1 del Alavés, con tres goles en el cuarto de hora final, ocultaron las dudas con la que se movió casi todo el duelo el Atlético de Madrid, que no jugó a nada hasta que se sintió contra las cuerdas, hasta que un empate puso en duda el golazo de Joao Félix, el sexto triunfo seguido y la reafirmación del equipo de Simeone entre los cuatro mejores de la clasificación.
El primer tiempo fue una secuencia de faltas, parones, choques, imprecisiones y concesiones que pusieron en duda incluso la división del encuentro.
No hay ninguna, en cambio, de la categoría de Joao Félix. La diferencia está en él. No sólo en el duelo de este sábado, porque el Atlético tomó ventaja en el minuto 10 con un nuevo gol suyo (el quinto en las últimas seis jornadas -tres de los cuatro anteriores ya abrieron los triunfos recientes ante Osasuna, el Betis y el Cádiz- y el sexto en sus ocho últimos encuentros oficiales), sino en la reacción incontestable de todo el equipo. Ha participado en diez goles en los últimos diez encuentros del conjunto rojiblanco.
Y, como no podía ser de otra forma, lo empató el Alavés. No lo hizo antes porque ni Lejeune ni Laguardia conectaron, por centímetros, un balón suelto que habría sido gol en cualquiera de los dos casos cuando el encuentro bordeaba la hora del choque, pero sí después, cuando Gonzalo Escalante cabeceó una parábola que batió a Jan Oblak. Un perfecto cabezazo que enseñó la enésima lección de este curso al Atlético: a nadie se le gana con la camiseta.
La victoria exige mucho más que echarse atrás a esperar de qué es capaz el adversario, porque, normalmente, en estas alturas, tantas concesiones no las perdona absolutamente nadie. Ni siquiera el Alavés, que luego se lanzó él mismo al abismo con un penalti tan imprudente como inocente de Lejeune sobre Matheus Cunha, en el primer balón que tocaba el brasileño en competición en un mes y medio.
La transformación de la pena máxima -y de la victoria- correspondió a Luis Suárez. En el minuto 75. Aún quedaba un cuarto de hora. Ya no permitió más el Atlético, que esquivó de penalti un sonrojo innecesario y que sentenció con el 3-1 de Joao Félix instantes después. El 4-1 fue de Luis Suárez al borde del final. Dos Atléticos. Y muchos más goles que juego... a la espera del Barcelona-Sevilla de este domingo.