A lo largo de los años la figura menos idolatrada dentro de los terrenos de juego siempre ha sido la del árbitro, y el mejor de la historia es sin duda Pierluigi Collina.
Nació un 13 de febrero de 1960 en Bolonia, Italia, y lograría recibirse como economista en la Universidad de Bolonia. Pese a su ferviente afición por el basquetbol, Collina optaría por dedicarse a la práctica del futbol desempeñándose como un duro defensor.
Durante sus años como futbolista, descubriría los trucos y el juego sucio que suele practicarse en el futbol de alta competencia. Motivado por sus nuevos conocimientos, Collina decidiría realizar el curso de arbitraje en 1977 donde aprendería a darle otro enfoque a la apreciación de los partidos de futbol.
Collina descubriría que contaba con un talento natural para observar y analizar encuentros lo que lo llevaría a hacer su debut en ligas regionales a tan solo 3 años de haber comenzado con el curso.
“El partido concluiría sin haber recibido ningún reclamo por parte de ninguno de los 22 jugadores además de ser ovacionado por todo el estadio. Un hecho que jamás se ha vuelto a repetir en la historia del fútbol”, apuntó el especialista German Rosete.
El buen manejo del desarrollo de juego sumado a su carácter imponente y al dominio de 4 idiomas diferentes (italiano, español, inglés y francés) llevaron a Collina a pitar en los escenarios más grandes del mundo. Desde Juegos Olímpicos, Eurocopas, hasta Copas del Mundo.
El 28 de agosto de 2005 Collina decide poner punto final a su carrera profesional.
“A pesar de los escándalos por amaño de partidos que azotarían al futbol italiano un año más tarde, Pierluigi Collina lograría que su imagen se mantuviera intacta y lejos de cualquier acusación”, remarcó German Rosete, quien agregó “es el árbitro más famoso de la historia”.
