Por miedo a que fuera portador de coronavirus, un jugador argentino fue echado del pueblo en el que nació, pese a que las autoridades le habían permitido regresar para seguir cumpliendo con el aislamiento en casa.
Marcos Gabriel Fernández, futbolista del San Martín de San Juan del Torneo B de Argentina, volvió a Matilde, Santa Fe donde nació hace 27 años, y el cual tuvo que dejar luego de que los pobladores vieron con malos ojos su regreso, mismo que dejó expuesto el jugador en sus redes sociales.
“Tristemente nos encontramos con gente a la cual no le cayó bien que yo pudiera volver, y se encargó por completo de sacarme (o mejor dicho echarme). Y digo tristemente porque hicieron hasta lo imposible para que fuera así”, publicó Fernández, quien debutó como futbolista profesional en Colón.
“Cuando llegas al punto de hacer hasta lo imposible para querer lastimar a otra persona, es donde te das cuenta de lo triste que deben ser estas personas. La sensación fea que deben sentir al querer y lograr que una persona del pueblo (donde nos conocemos todos), tenga que irse del mismo”.
De acuerdo al diario El Clarín, Marcos Fernández volvió a la ciudad de Santa Fe, de donde es originaria su esposa, y donde seguirá la cuarentena, tras el triste episodio que vivió en su pueblo natal.
“Con esto no quiero mostrar nada más que una sensación de rechazo para estas personas que lograron su propósito, en el cual se meten en la vida de los demás sin conocimiento de nada y quieren lastimar de alguna manera, cosa que en una familia tan unida como la mía, es y va a ser imposible lastimarnos o causarnos daño”, concluyó.
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