Estudiantes de La Plata elimina a Boca Juniors de la Copa de la Liga Argentina en penaltis
Con su arquero Matías Mansilla como héroe, Estudiantes de La Plata eliminó 3-1 por penales a Boca Juniors el martes en Córdoba, tras una igualdad 1-1 en los 90 minutos, y ganó el derecho a disputar la final de la Copa de la Liga de Argentina el domingo ante Vélez Sarsfield.
En Santiago del Estero, el “Pincha” buscará sumar su 16ta estrella en el historial y asegurarse el pasaporte a la Copa Libertadores 2025.
Tal como oocurrió el domingo en la otra semifinal -victoria de Vélez sobre Argentinos Juniors por 4-2, después de empatar en cero-, también el estadio Mario Alberto Kempes fue escenario de una dramática definición desde los 12 pasos.
Y cuando todo hacía preanunciar que un arquero especialista como Sergio “Chiquito” Romero podría tornarse clave en esa instancia, fue su colega Mansilla quien se transformó en héroe, al contener los remates del uruguayo Edinson Cavani y Jorge Figal.
Para Estudiantes acertaron Eros Mancuso, Guido Carrillo y el uruguayo Mauro Méndez, mientras que Romero detuvo el disparo del colombiano Edwin Cetré.
Para Boca Juniors solo convirtió Kevin Zenón. Además de Cavani y Figal, también malogró su remate (travesaño) el uruguayo Miguel Merentiel.
El “Xeneize”, que venía de eliminar en cuartos de final a su eterno rival River Plate, fue muy superior durante la primera hora de juego, pero sacó una ventaja exigua, con un gol de Merentiel a los 40 minutos.
En el complemento, el “Pincha” mejoró con los cambios y llegó al empate a los 75 con un penal convertido por el sustituto Cetré. En la jugada previa, Cristian Lema vio la tarjeta roja y dejó a Boca con diez.
El entrenador “xeneize” Diego Martínez pudo alinear su equipo de “gala”, con Cavani-Merentiel como dupla de ataque, más el regreso tras una suspensión del volante Cristian Medina.
En el “Pincha”, Eduardo Dominguez optó por fortalecer la mitad de la cancha con Fernando Zuqui y dejó en el banco a Cetré –el colombiano llegó con una molestia muscular- y a Javier Correa.
La apuesta inicial no le resultó al entrenador del “Pincha”. Antes de la media hora de juego Boca ya había gozado de tres ocasiones claras para romper el cero.
Dos salvadas fueron “milagrosas”: la primera fue un despeje sobre la línea de Luciano Lollo, tras un remate de Medina que desvió el arquero Mansilla. Y la segunda, un disparo de Merentiel que dio en el palo y luego fue rechazado “in-extremis” por la defensa “pincha”. Además, Mansilla voló para despejar un tiro libre de Zenón que se metía.
Por entonces, el “Xeneize” se imponía en todos los aspectos del juego. Estudiantes solo atinaba a intentar alguna contra, ya había quedado lejos el cabezazo inicial de Carrillo rechazado con alguna dificultad por Romero apenas iniciado el partido.
Y Boca encontró la ventaja que merecía largamente con un gol “made in Martínez”: Zenón habilitó a Luis Advíncula, el peruano desbordó por su lateral y sacó el centro que Merentiel definió a la red.
Parecía altamente probable que Domínguez moviera el banco en el entretiempo, pero decidió esperar. Y Boca siguió dominando. Medina estuvo muy cerca de aumentar.
Ya con Cetré en cancha, más los ingresos posteriores de Javier Correa y Pablo Piatti, Estudiantes se paró unos metros más adelante, se adueñó de la pelota y se lanzó en busca del empate que consiguió a los 75, facilitado por la imprudencia de Cristian Lema.
El zaguero de Boca impactó con su pierna en la cara del uruguayo Tiago Palacios en un intento por despejar en el área. Penal y segunda amarilla para Lema. Cetré fulminó a un especialista como Romero.
Empate a uno y Boca con diez. El “Pincha” supo que era su momento. Y desde entonces hasta el final fue todo del equipo de Domínguez, que chocó contra la muralla erigida por Romero.
Boca, que el año pasado llegó a la final de la Copa Libertadores tras ganar tres definiciones consecutivas por penales, esta vez no pudo. Estudiantes, que venía de vencer al “Xeneize” en sus últimos cuatro choques entre sí, lo hizo otra vez y se metió en la final con Vélez, a disputarse en el moderno estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero.
