El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, aseguró, tras conocerse el rechazo de River Plate a jugar la Final de Libertadores ante Boca Juniors en Madrid, que será la Conmebol la que deberá tomar una decisión, pero remarcó que su "convicción personal es que siempre se tiene que jugar".
"La pelota no se puede parar, tenemos todos que ver cómo podemos poner las condiciones para jugar. Yo no lo sabía, la Conmebol va a tener que tomar una decisión. Creo que mi convicción personal es que siempre se tiene que jugar", señaló Infantino en una rueda de prensa en Buenos Aires.
Por su parte, la FIFA argumentó las circunstancias especiales que rodean al partido de Vuelta para autorizar que éste se juegue el día 9 en Madrid, fuera del territorio de una asociación nacional que no es miembro de la Conmebol.
"De acuerdo al artículo 71 (párrafo 4) de los Estatutos de la FIFA y teniendo en cuenta las circunstancias especiales del caso, el Bureau del Consejo de la FIFA autorizó celebrar el partido de Vuelta de la Final de la Copa Libertadores en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid", precisó un portavoz de la FIFA a EFE.
Esta decisión "se produjo después de que el partido previsto para el 24 de noviembre tuviera que ser suspendido debido a razones de naturaleza no deportiva y de que la Conmebol tomara la decisión que el partido se jugará en territorio neutral.
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"Después de analizar varias opciones Conmebol decidió de manera excepcional que se celebre en el territorio de una asociación nacional que no es miembro de la Conmebol, en territorio de la Real Federación Española de Futbol".
Porteriormente, y "teniendo en cuenta estas circunstancias, la UEFA y la RFEF autorizaron en base a esta situación excepcional que el partido se dispute en el Santiago Bernabéu de Madrid", señaló la fuente de FIFA.