Barcelona ganó 0-2 al Getafe y volvió a saborear una victoria a domicilio después de tres jornadas de Liga sin conseguirlo gracias al empuje de Luis Suárez y a una actuación poco afortunada del portero David Soria.
El delantero charrúa sacó toda la casta que necesitaba su equipo para afrontar una situación enquistada en campos ajenos. El Barcelona sumaba demasiados partidos oficiales, hasta siete sin ganar lejos de su estadio, y necesitaba romper esa mala racha cuanto antes.
Sin Lionel Messi, sin Ansu Fati y con la ausencia de última hora de Osumane Dembéle por unas molestias musculares, el Barcelona tenía que afrontar su crisis fuera del Camp Nou en uno de los estadios más rocosos de Primera División. El campo del Getafe, cuando el equipo azulón está 'enchufado', es de los más complicados de la Liga.
Fue Luis Suarez, que antes rozó el gol con un disparo desde fuera del área, quien abrió el marcador. El cuadro azulgrana, comprimido como una lata en su parcela de campo, marcó de la única manera que pudo hacerlo: balón largo de Ter Stegen convertido en asistencia, aparición de Luis Suárez, dudas en la salida de Soria y gol de vaselina.
Un 0-1 y gracias. Ese fue el resumen del acto inicial, en el que el Getafe mereció mucho más y fue castigado por su falta de acierto en los últimos metros. Aún tenía toda la segunda parte por delante para reaccionar, pero el daño que le hizo Luis Suárez fue muy grande.
Junior Firpo se redimió de su errática primera parte con una aparición oportuna. De nuevo, Soria no estuvo fino. El portero del Getafe no atajó un disparo de Carles Pérez desde fuera del área y el rechace lo aprovechó a placer Junior, que en esos momentos se paseaba dentro del área pequeña.
El tanto del defensa azulgrana selló cualquier aspiración del Getafe por conseguir algo positivo. Con muy poco, el Barcelona había hecho mucho daño. Aunque salió Jorge Molina al terreno de juego a falta de media hora, la victoria ya estaba sellada.
Al final, el Barcelona, con poco fútbol, con el empuje de Luis Suárez, con el mono de trabajo e incluso con un jugador menos por la expulsión de Lenglet a falta de diez minutos, rompió su mala racha a domicilio. El sofoco de Granada ya está olvidado.