Pidiendo la hora y con 'el Jesús en la boca', pero el Barcelona logró sacar los tres puntos de la República Checa luego de derrotar 1-2 al Slavia Praga gracias a un autogol
A pesar de cómo cerró el juego, el inicio del encuentro parecía presagiar un trámite de partido totalmente diferente para los catalanes. No habían pasado ni cinco minutos y los visitantes ya iban ganando.
Al 3', apareció el de siempre: Lionel Messi abrió el marcador luego de una gran combinación con Arthur. El argentino apareció solo dentro del área y con la parte interna de su botín izquierdo puso el 1-0.
A raíz del gol de La Pulga, el Slavia Praga se lanzó al ataque. Entre el 35' y el 37' los checos tuvieron dos oportunidades claras de marcar; sin embargo, un par de buenas atajadas de Marc-André Ter Stegen lo evitaron.
Dicen que 'tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe' y comenzando la segunda mitad, ya era insostenible la ventaja del Barcelona. Al minuto 50 los locales lograron empatar e hicieron explotar a la Eden Arena.
Lukas Massopust puso un gran pase para Jan Boril, el lateral izquierdo ingresó al área con balón controlado y sacó un punterazo para vencer la estirada de Ter Stegen.
Tristemente para los locales, la ventaja sólo les duró siete minutos. Al 57', un autogol de Peter Olayinka volvió a inclinar la balanza a favor del Barcelona.
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Los Culés tuvieron un tiro libre a favor y un centro pasado fue rematado por Luis Súarez, el balón se impacto en Olayinka e ingresó al fondo de las redes. El árbitro dio autogol del nigeriano.
El Slavia se lanzó con todo al frente y el Barça terminó defendiendo dentro del área, pero logró soportar la embestida. Al final, los Blaugranas se llevaron los tres puntos y se manitenen en la cima del Grupo F.
