El FC Barcelona ha empezado a renovar el césped del Camp Nou con vistas a la próxima temporada, un trabajo que en los últimos años se realiza cada verano y que finalizará la última semana de julio para afrontar en las mejores condiciones el Trofeo Joan Gamper y el inicio de las competiciones oficiales.
El cambio comienza con la eliminación de la capa vegetal superficial, la capa de arraigo, las fibras y la arena. Aunque parte de esta arena se reutiliza y se mezcla con una nueva con cualidades agronómicas y mecánicas adecuadas.
Después de la nivelación de la base, se colocan los nuevos tepes de césped. Esta tarea se realiza de noche aprovechando las condiciones óptimas de temperatura y humedad. Una vez puestas, se hibridan cosiéndolas con máquinas de última generación para conseguir el mejor de los resultados. Finalmente se realizan tareas de revisión y administración de abonos, entre otros.
El Camp Nou utiliza un césped híbrido desde que se implementó este sistema en la temporada 2016-17 para reforzar el césped 100% natural. Este sistema proporciona una tracción y una estabilidad del terreno de juego más uniforme durante todo el año, según los expertos.
El césped natural se selecciona de varios viveros de toda Europa, y se transporta a Barcelona en camiones frigoríficos que viajan de día para proceder a la colocación del césped esa misma noche con el objetivo de disminuir al máximo el estrés de la operación y evitar las horas de máximo calor. Esto hace que se alargue el tiempo de implantación del césped, unos 2 mil m2 / día, pero se asegura su idónea adaptación.