Jugar para expresar la libertad. Desde que en marzo de 2013 fue elegido Papa, Francisco I no tuvo miedo en ocultar su pasión por el futbol; al contrario, encontró en él una herramienta para difundir un mensaje de paz y esperanza.
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A diferencia de sus predecesores, el argentino -hincha de San Lorenzo y la Selección de Argentina- entendió el deporte como escuela de la vida y una herramienta para construir una sociedad con valores de respeto, pero sobre todo para enviar un mensaje de paz. 
"A menudo hacía de portero, una buena posición que le entrena a uno a encarar la realidad, a enfrentarse a los problemas; puede que no sepas de dónde viene exactamente la pelota, pero eso no importa, tienes que tratar de detenerla. Como en la vida", escribió Jorge Mario Bergoglio en su autobiografía, 'Esperanza'.
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En la misma, recordó que él nunca fue bueno para jugar, era 'pata dura', pero eso nunca fue impedimento. "Y jugar hace feliz, porque a través del juego puede expresarse la propia libertad, competir de manera divertida o, simplemente, vivir la afición".
"Porque puede perseguirse un sueño sin que uno deba convertirse forzosamente en campeón. Te hace feliz aunque seas un pata dura", añadió en su momento el sumo pontífice.
San Lorenzo dedica especial despedida al Papa
Cuando en 1946 el Ciclón celebró su tercer campeonato en la era del profesionalismo en el futbol argentino, Bergoglio tenía diez años y asistió a cuántos partidos pudo de local en el Viejo Gasómetro. Y en 2014, 68 años más tarde, celebró en Roma el título en la Copa Libertadores ya como Francisco I, 10 meses después de ser elegido Papa.
Además, desde 2008 nunca dejó de pagar religiosamente su cuota como afiliado al club, que dedicó un conmovedor mensaje tras el fallecimiento de Francisco I. “Nunca fue uno más y siempre fue uno de los nuestros. Cuervo de niño y de hombre... Cuervo como sacerdote y Cardenal... Cuervo también como Papa..”
“De Jorge Mario Bergoglio a Francisco, hubo algo que jamás cambió: su amor por el Ciclón”, escribió el club en redes sociales, en donde además compartió distintos momentos de Francisco I como aficionado.
“¡Adiós, gracias y hasta siempre! ¡Estaremos juntos por la eternidad!”, fueron las palabras de despedida de San Lorenzo para su socio número 88235, quien curiosamente falleció a los 88 años de edad, a las 2:35 horas del tiempo de Argentina.
¿Maradona o Messi? El Papa Francisco eligió a Pelé
Como buen aficionado y buen argentino, el sumo pontífice nunca estuvo ajeno a lo que ocurría con la Albiceleste. Incluso la llegó a recibir en el Vaticano en 2013, poco después de ser elegido como Papa, y según los relatos, se rindió en elogios ante Lionel Messi.
“Es un honor conocerlo, Su Santidad”, cuentan que dijo el jugador, a lo que Francisco respondió: “El honor es mío, Lionel. Tú das alegría a millones. No olvides jugar con humildad y alegría”. Además, en 2019 Francisco I defendió que la gente se refiera al capitán de la Albiceleste como Dios.
“En teoría, es un sacrilegio. No se puede decir eso. Yo no lo creo. ¿Tú lo crees? La gente dice ‘Dios, yo te adoro…Adorar, solamente a dios’. Son expresiones de la gente: ‘Este es un dios con la pelota en la cancha’. Son modos populares de expresarse”, declaró en aquella ocasión.
Pero a pesar de su cariño por Lionel, el sumo pontífice tuvo claro siempre que el mejor era Edson Arantes do Nascimento. Durante una entrevista con la televisora italiana RAI, se le preguntó a cuál de los dos prefería, si a Messi o a Diego Armando Maradona. “Yo agregaría un tercero, Pelé”, contestó con seguridad.
“Maradona fue un grande, pero como hombre falló. Pobre, resbaló con el entorno de los que lo elogiaban y no lo ayudaban. Vino a visitarme aquí el primer año del pontificado y luego el pobre falleció. Es curioso, muchos jugadores acaban mal”, y de Messi se refirió como un “correctísimo”.
“Pero para mí de estos tres, el gran señor es Pelé. Un hombre de gran corazón. Lo conocí una vez en un avión cuando estaba en Buenos Aires, hablamos. Un hombre de tanta humanidad”, añadió Francisco I, quien en su momento también recibió un jersey de la Verdeamarela como obsequio.
