¿Obstinado, egoísta o simplemente alguien que cumplía con la responsabilidad encargada? En la Copa América de 1999 disputada en Paraguay, la selección argentina tenía figuras muy importantes en su plantel y particularmente se podría decir que en esa comitiva había dos “locos”. Uno el entrenador, Marcelo Bielsa, y otro el goleador, Martín Palermo.
“El Loco”, “El Titán”, “La Gata” Palermo terminó siendo el tercer goleador en la historia del futbol argentino con 272 goles y defendiendo la camiseta de Boca Juniors uno de los máximos exponentes, incluso superando el récord del famoso delantero José Sanfilippo, quien también se dedicó a criticarlo abiertamente por su forma de jugar.
"Es un goleador, es el mejor cabeceador que yo vi en toda la historia. Pero con la pelota en los pies se hace cada nudo que no sabe cómo desenredarse. Palermo es un tronco de higuera. No sabe jugar al fútbol”, dijo.
Pocos meses antes de su participación en la Copa de Paraguay, Palermo había cosechado algunos goles que reafirmaban su perfil de jugador distinto.
Ante Platense convirtió un penal con las dos piernas. Le pegó a la pelota con la zurda, se resbaló y el balón le rebotó en la otra pierna y entró al arco contrario.
Un mes después intentó levantar un centro desde un ángulo imposible y la pelota se metió. De allí le empezaron a llamar “el optimista del gol”.
El 4 de julio de 1999, en los cuartos de final de la copa América, se enfrentaron Argentina y Colombia. A los cinco minutos, la albiceleste tuvo un penal a su favor. Lo tiró Palermo. La pelota pegó en el horizontal y se fue afuera. Cinco minutos después, Iván Córdoba no desaprovecha un penal y pone a Colombia 1 a 0. A los dos del segundo tiempo otro penal. Esta vez Hamilton Ricard se estrella ante el “Mono” Burgos. El sustituto de Ricard, Edwin Congo, marcaría el 2 a 0 poco después.
A los 76 minutos, llega otra posibilidad para Argentina. Un nuevo penal a favor. ¿Quién lo tira?: Palermo. Quiere revancha. ¿Quién lo falla?: Palermo. El segundo de la tarde.
A poco del final, otro récord en la cancha. Johnnier Montaño mete el 3 a 0 para Colombia y a sus 16 años se convierte en goleador más joven en la historia del torneo.
Al árbitro no le costaba sancionar penales. Ya en los descuentos llega el cuarto de la tarde y el tercero para Argentina. Palermo se anima de nuevo, empecinado en demostrar que puede, amparado en la ley popular de la “tercera es la vencida”. Esta vez remataría dentro de los tres palos, pero Miguel Calero le diría que no. Tres penales fallados en el mismo partido. Récord Guinness.
"Después del análisis del partido, Bielsa me dijo que había sido egoísta en ese momento. Yo le respondí que no porque era el designado para patear y no había sentido ninguna orden para que no pateara el tercero. Yo asumí la responsabilidad que me correspondía", explicó Palermo años después.
Una década más tarde de aquellas fallas, siguió siendo goleador de Boca tras pasar por el Villarreal de España. En una jugada a lo Palermo hizo un gol de cabeza ¡desde la media cancha!, tras un mal rechace del guardameta adversario.
Así lo registró la pluma de Juan José Panno en el periódico Página 12:
“Martín Palermo, el de los récords, el de los más de 200 goles con la camiseta de Boca, el que erró tres penales en un mismo partido, pero hizo un gol de penal pateando con los dos pies, el que le metió un gol desde atrás de mitad de la cancha a Independiente, el que le hizo un gol a River en cámara lenta casi con muletas, el que convirtió su gol 100 con los ligamentos rotos, el que hizo goles de chilena, de tijera, de zurda, de derecha, de volea, de cocazo, de nucazo, de chiripa, de rodilla, con el parietal derecho, con el izquierdo, con el frontal, con el pecho, con el hombro y hasta con los glúteos, convirtió un gol increíble que quedará registrado para siempre en la historia del fútbol de acá y de todo el mundo”.
Diego Maradona lo integró a la selección argentina que compitió en el Mundial de 2010. Ante Grecia la dieron 10 minutos y al noveno marcó el 2 a 0 final. Era el primer jugador de Boca Juniors en hacer un gol mundialista en los últimos 80 años. Además, a sus 36 años y medio se convirtió en el jugador más veterano de Argentina en anotar en un mundial. Pero, seguramente, lo recordarán como “el Loco” que erró los tres penales en un mismo partido de Argentina contra Colombia en la Copa América.