A Sergio Pérez le tardó 10 años en llegar la oportunidad que tanto soñó desde que la Fórmula 1 lo arropó dentro de su selecto grupo de pilotos en 2011.
Una década de resistir, de tener paciencia y sobre todo, derramar mucho sudor. Porque si algo tenía claro el mexicano era que debía esforzarse aún más que el resto de sus rivales para alcanzar la gloria, un anhelo que parece alcanzable por primera vez tras poner a prueba si resiliencia nadando entre tiburones.
Ya desde los tests de Barcelona, antes de que la pandemia se devorara cuatro meses del calendario, el RP20 de Racing Point había dado atisbos de su capacidad, pero fue en el Red Bull Ring de Speilberg el fin de semana pasado donde el tapatío confirmó que a bordo del rosado monoplaza podrá por fin tener el armamento necesario para dar guerra en este atípico campeonato modificado por la emergencia sanitaria.
“Creo que ya quedó demostrado, si no hubiesen tenido ese problema en la parada que provocó la salida de Kimi Raikkonen con el tema del exceso de velocidad en pits hubiese tenido la oportunidad de subir al podio. Me parece que este año, si aprovecha Checo y su equipo lo que tienen, podríamos soñar con que el piloto mexicano logre su primera victoria en la Fórmula 1”, asegura a RÉCORD el comentarista de automovilismo Marco Tolama.
Pérez Mendoza finalizó sexto tras ir tercero a 15 vueltas del final de la primera carrera del año en Austria, pero errores puntuales le impidieron festejar el noveno podio de su trayectoria. Aún así, el mexicano presume lo necesario para saciar un ayuno que data de 2018, cuando en Bakú firmó su último Top 3.
Y soñar en grande, pues su auto demostró estar a la par de los más cercanos perseguidores del todopoderoso Mercedes.
“Checo se ve entero y que hizo buena pretemporada. Siempre se ha preparado muy bien físicamente, pero ganar una carrera de Fórmula 1 es un volado y ahorita pelearle a Mercedes está muy fuerte. ¿Podría ganar Checo una carrera?
"Yo creo que sí, pero se tendrían que dar las condiciones para que la pueda ganar, la estrategia debe jugar mucho y debe haber un poco de caos, que quizá llueva o que tengamos algo atípico, con carreras normales los Mercedes se van a escapar”, explica el promotor de automovilismo.
El gran problema para el mexicano de 30 años ahora pasa por el factor psicológico. El haber jugado el papel de víctima de la desigualdad en la parrilla durante tantos años le ayudó a convertirse en un héroe emergente, pero ahora, con un carro a la altura de las grandes marcas, se convirtió en aquello que tantas veces juró destruir y ya en Estiria el domingo pasado el peso de sus palabras jugó en su contra al fallar en la estrategia y desaprovechar un monoplaza contendiente.
“Creo que será una gran temporada para Checo, pero tiene una muy grande responsabilidad, porque sabe que tiene una buena herramienta.
"Ya dijo públicamente que tiene un buen auto, entonces eso además le va a cargar la presión de que si se supone que tiene una buena herramienta, va a tener que cumplir con las expectativas de lo que él mismo dijo. Entonces, vaya peso que se echó a los hombros”, advierte el comentarista de TUDN, Samuel Reyes.