Cuando escuchamos por primera vez sobre Fallout 76, honestamente quedamos intrigados. La idea de poder jugar algo similar a Fallout 4 en compañía de otras personas lucía genial, pero el resultado final se siente inconsecuente, monótono y le extirpa todo el encanto a esta franquicia.
Disponible en PlayStation 4, Xbox One y PC, el nuevo juego de Bethesda Softworks no tiene nada del alma de Fallout, el mundo de Virginia Occidental, en el día posterior a que las puertas de la bóveda 76 se abren, es desechable, decepcionante y no ofrece un propósito tangible que te haga querer jugarlo.
Mucha gente critica a esta franquicia porque la percibe como vagar sin sentido en un mundo estéril, pero en realidad no saben de qué va: el humor tan particular, su riqueza de personajes, el interesante trasfondo y la cantidad de decisiones y situaciones que te obliga a vivir, la convierten en una de las propiedades intelectuales con mayor potencial allá afuera.
Desafortunadamente el nuevo título la rebaja a la percepción errada, pues no se siente como un juego de la serie. Jugar Fallout 76 no vale la pena.
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