Durante partido de la liga brasileña, un perro invadió la cancha y persiguió a un jugador por bastante tiempo intentando morderlo.
Al final, el canino no logró su cometido pero el susto que le provocó a Juninho (al jugador que persiguió) fue evidente.
Fue gracias a que el futbolista corrió y burló al perro que dio tiempo para que la gente de seguridad lo interceptara y sacara del terreno de juego.
El partido en el que irrumpió el animal era el que disputaban Brasil-Pel y el Goias, correspondiente a la Serie B.