No era un piloto profesional, pero tenía el corazón de uno. Así era Fabbio, un perrito que durante años acompañó simbólicamente a Sergio 'Checo' Pérez en cada carrera, ganándose el cariño de miles de fans en México. A bordo de su pequeño monoplaza de juguete, este singular seguidor canino rodaba por las calles como si de un circuito se tratara, mostrando una pasión que trascendió especies y fronteras. Su historia, tan entrañable como única, llegó a su fin el 23 de abril de 2025.
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Una despedida con honores tras días complicados
Fabbio, conocido en redes como @fabbio_f1, fue hospitalizado durante varios días en un centro veterinario. Su salud se fue deteriorando y, pese a los esfuerzos, cruzó su última meta. La noticia fue confirmada por su inseparable compañero humano, Jorge Alvarado Rayón, quien compartió un video de despedida que rápidamente se viralizó entre la comunidad amante del automovilismo y los animales.
Durante sus años de actividad, Fabbio se convirtió en una figura habitual de los paseos ciclistas en Paseo de la Reforma. A bordo de su coche réplica de Red Bull, era jalado por su dueño en bicicleta y saludado por cientos de personas que reconocían al “perrito de Checo”. Aunque no podía ingresar al Autódromo Hermanos Rodríguez, su presencia se hacía notar, incluso en forma de cartón durante las carreras del Gran Premio de México.
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En los últimos días de su vida, la cuenta de Fabbio fue clave para reunir apoyo económico destinado a su atención médica. La respuesta fue inmediata: fanáticos, amantes de los perros y seguidores del automovilismo se volcaron con mensajes y donaciones. Fabbio no solo había ganado seguidores, sino una familia extendida que lo acompañó hasta la línea final de su historia.
El homenaje de la familia de Checo Pérez
La noticia de su fallecimiento llegó hasta la familia de Checo Pérez. Su hermano, Antonio Pérez, dejó un sentido mensaje en la cuenta de Fabbio: “Gracias por inculcarle el amor para mi hermano… somos perrunos y sé lo que es perder a un compañerito de vida”. Con este homenaje, Fabbio se despide no solo como un perrito fan, sino como un símbolo de lealtad, pasión y ternura sobre ruedas.
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