Cuando era niño, Andrés Felipe Muñoz era lateral izquierdo y jugaba futbol en el Colegio Calasans de Medellín, Colombia. De a poco, la batería le cambió el sueño de ser profesional y se convirtió en músico al mismo tiempo que en líder y revolucionario de la barra 'Los del Sur', grupo de animación del Atlético Nacional.
Medellín gritó guerra entre el ocaso del Siglo XX y el amanecer del XXI. Primero fue el gobierno contra el narcotráfico (encabezado por el Cártel de Medellín de Pablo Escobar), luego, los enfrentamientos entre la guerrilla, miltares y paramilitares. Los grupos de animación del futbol parecían sumarse a ese baño de sangre.
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'Los del Sur' nació en 1997 como una imitación de las barras bravas argentinas, chilenas y peruanas. "Nuestra violencia era inocente", relata Andrés a RÉCORD quien en ese entonces era estudiante de psicología y apenas comenzaba su andar como baterista de la banda 'Tres de Corazón'.
"La barra ha estado integrada por personas de todos los estratos, pero a los que estudiamos nos daban más poder, nos hacían líderes y desde esa posición nos empezamos a preguntar, ¿por qué vamos a aportar más violencia a nuestra ciudad? Ahí empezó el cambio social, estoy hablando del 2004, 2005.
"Si nosotros somos el grupo de animación más grande de Colombia, el que apoya al equipo más popular, teníamos que hacer algo a favor del empleo, del emprendimiento, del entendimiento con los líderes del gobierno. Al final queríamos ayudar a la sociedad a llegar a un estado de plenitud y felicidad que es a lo que la gente normal aspira", rememoró.
De esa manera los líderes de 'Los de Abajo' lograron algo que apenas ha sido replicado en latinoamérica: revolucionar a un grupo violento hasta convertirlo en un agente de cambio social. Sin ir más lejos, esta barra fue clave en el apoyo a las familias de los jugadores del Chapecoense fallecidos en un accidente de avión en Colombia.