La quinta edición de la lluvia de peluches en el Benito Villamarín tuvo lugar el sábado 9 de diciembre, en el descanso del partido entre el Real Betis y el Real Madrid. La iniciativa, que ya se ha convertido en una tradición navideña en el estadio sevillano, pretende recoger juguetes para donarlos a niños desfavorecidos.
El espectáculo comenzó con un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la guerra en Ucrania. Tras ello, el speaker del estadio animó a los aficionados a que lanzaran sus peluches al césped. En cuestión de segundos, el campo se llenó de coloridos juguetes, que fueron recogidos por voluntarios de la Fundación Real Betis Balompié.
Previo al arranque del partido, el club andaluz publicó un comunicado en sus redes sociales en dónde se explica el proceso en el que la lluvia de peluches se va a llevar a cabo.
"Para que la lluvia de peluches se realice de manera coordinada y segura, el Real Betis Balompié pide a sus aficionados que observen una serie de directrices. Los peluches no podrán superar los 30 centímetros en ninguna de sus dimensiones y los 200 gramos de peso, ni tener baterías, tanto internas como externas, que puedan causar daño al ser lanzados. Del mismo modo, no deberán tener elementos duros que pudiesen causar similares efectos. Aun así, si algún aficionado quisiera traer un juguete de mayor dimensión o con baterías, el personal de seguridad situado en las puertas recogerá los juguetes para sumarlos a la recogida", se lee en el comunicado.
En total, se recogieron más de 10.000 peluches, que serán entregados a entidades sociales que trabajan con niños en riesgo de exclusión social.
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