El proceso fue largo, pero finalmente estamos en Qatar, y te voy a contar lo mejor y lo peor de la primera Copa del Mundo en Medio Oriente.
La aventura comenzó en la terminal uno de la Ciudad de México, donde partimos a Madrid en punto de la una de la tarde tiempo de México.
El viaje no fue el más placentero, pero sin duda estaba cargado de ilusión. Sin embargo, no quiero dejar escapar la oportunidad de mencionarte que la atención y la comida de Iberia fueron de lo mejor.
Nos sorprendieron con unos ravioles de queso espectaculares y un postre de mango que aun puedo saborear.
Después de cuatro horas de escala, abordamos el avión que nos trajo a tierras mundialistas en un tiempo de seis horas.
El avión era mucho más cómodo que el que nos llevó a España, así que pudimos tomar una siesta para recargar energías para lo que viene en las próximas semanas.
Luego de un rato, la aerolínea anunció la hora de la comida y pensaba en algún platillo típico de las tierras mundialistas, pero sorprendieron más con una pasta en salsa de tomate, aunque no es queja de ninguna manera.
Siendo las 7:19 pm de Doha, la expedición de RECORD pisó suelo catarí y de inmediato salimos en busca de nuestro hospedaje.
A pesar de las múltiples dudas qué hay en torno al país organizador, tengo que decir que las personas son bastante amables y tiene toda la disposición de ayudarte.
Otro punto para resaltar es el uso de la Hayya Card, el visado catarí que emula el Fan ID de Rusia 2018 con el que tenemos servicios de transporte de forma gratuita. Además, gracias a ella pudimos entrar de manera muy sencilla a Qatar y registrarnos en nuestro lugar de hospedaje.
Sin duda alguna el Metro de Qatar es una de las grandes y atracciones y ¿qué te digo?, es espectacular. Gracias a su eficiencia logramos hallar nuestra sede en Al Janoub en menos de una hora y desde un rincón te cuento mi primer día en Qatar.
Por hoy fue todo, pero te prometo que más adelante te traeré mejores emociones.
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