El Papa Francisco lucía mejor de salud desde ayer al entrar a la sala de audiencias del Vaticano, caminando apoyado en un bastón y al leer su texto con voz clara.
Fue el primer evento público del jerarca religioso desde la misa del pasado Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro, cuando decidió a último momento no pronunciar su homilía, al principio de una ajetreada Semana Santa que pondrá a prueba su salud cada vez más frágil.
Papa Francisco está delicado de salud
En las últimas semanas, el Pontífice, de 87 años, ha demostrado dificultades crecientes para caminar y ha pedido a un colaborador que lea sus discursos. Además, se le ha escuchado respirar con esfuerzo durante sus apariciones en público.
Las tareas de la Semana Santa siempre son exigentes para los papas, pero lo son particularmente este año para Francisco, que ha pasado el invierno con una sucesión de trastornos descritos como bronquitis, gripe o resfriado.
Reaparece para el Jueves Santo
Para este Jueves Santo, el papa Francisco lavó y besó los pies de 12 mujeres presas en una cárcel de Roma durante un rito que destaca su vocación de servicio y humildad.
El argentino realizó la solemnidad sentado en su silla de ruedas, dado que enfermedades recientes han agravado sus problemas de movilidad. El lugar en la cárcel de Rebibbia fue adaptado a sus necesidades. Las mujeres estaban sentadas en taburetes sobre una plataforma elevada, lo que permitió al Pontífice recorrer la fila sin inconvenientes.
Varias mujeres lloraron cuando Francisco les lavaba los pies, echando agua tibia y secándola con una pequeña toalla. Finalizó el gesto con un beso a cada pie y una mirada sonriente a la mujer.
Papa Francisco no detiene agenda de Semana Santa
El lavado de pies del Jueves Santo recuerda cómo Jesús lavó los pies de los apóstoles en la última cena antes de la crucifixión. El Papa revolucionó el rito, desde su primer Jueves Santo en 2013 al incluir a mujeres y personas de otras confesiones.
El viernes por la noche, Franciso irá al Coliseo para asistir a la procesión del Vía Crucis, en la que se representa la crucifixión de Cristo. El sábado por la noche presidirá una Vigilia Pascual en la Basílica de San Pedro y, unas horas más tarde, la misa del Domingo de Resurrección en la piazza, en la que pronunciará su discurso Urbi et Orbi al mediodía, destacando los conflictos y desastres mundiales que afligen a la humanidad.