Policías antimotines irrumpieron a la fuerza en centros de votación en Cataluña este domingo para tratar de impedir un referéndum independentista y dispararon balas de goma contra varias personas afuera de un colegio asignado como centro de votación. El gobierno regional dijo que 337 personas resultaron heridas, algunas de ellas de “seriedad”.
El gobierno central en Madrid considera ilegal la consulta y prometió impedirla. El Ministerio del Interior indicó que 11 policías resultaron heridos. Los agentes dispararon las balas de goma para ahuyentar a la gente que impedía que los vehículos de la policía nacional dejaran el lugar luego de confiscar cajas de boletas. El gobierno español le ordenó a la policía impedir el referéndum.
El presidente catalán, Carles Puigdemont, condenó la represión. “La violencia injustificada del Estado le avergonzará para siempre”, dijo mientras una multitud le aplaudía. Por su parte, la vicepresidenta del gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, declaró que el estado ha respondido con “firmeza y proporcionalidad a los planes de la Generalitat”.
Los choques estallaron menos de una hora después de abrir las urnas y no mucho antes de la esperada llegada del presidente catalán Puigdemont. Los empleados de las casillas que estaban dentro del edificio reaccionaron pacíficamente y comenzaron a cantar y decir lemas en desafío a la presidencia de los policías.
El portavoz del gobierno regional catalán, Jordi Turull, dijo que el referéndum estaba en marcha en 73 por ciento de unos 6 mil centros de voto pese a la operación policial para impedirlo.
El Tribunal Constitucional de España suspendió la votación y el gobierno central dice que es ilegal. Los líderes separatistas en Cataluña dijeron que se realizaría de todas formas y prometen declarar la independencia si gana el “sí” y llamaron a 5.3 millones de votantes a acudir a las urnas.