Desde los años ochenta, la Ciudad de México y Guadalajara se convirtieron en ‘refugios’ para narcotraficantes y sus familias, sin embargo, una serie de eventos han puesto en duda esta denominación; las constantes capturas y enfrentamientos que se han registrado en ‘La Perla de Occidente’, donde sobresale la captura de Erik Valencia Salazar ‘El 85’ (exlíder del Cártel de Jalisco) en 2012; así como el reciente arresto de Dámaso López ‘El Licenciado’ (cabecilla del Cártel de Sinaloa) en un complejo residencial de la capital del país.
Frente a esta panorama, los criminales buscan nuevos destinos donde no existan disputas entre grupos rivales para poder pasar desapercibidos y mantener a sus familias. Estos nuevos ‘refugios’ se encontrarían en las urbes que experimentan un despertar
económico, tales como: Cancún (Quintana Roo), Cuernavaca (Morelos), León-Celaya (Guanajuato), Puebla y Querétaro.
Las ciudades ya mencionadas tienen un pujante desarrollo en sectores industriales y tecnológicos, lo cual atrae a funcionarios de alto nivel, quienes viven en lujosos desarrollos habitacionales; esta situación le permite a los narcotraficantes camuflajearse
entre los grandes empresarios locales y mantener su nivel de vida.
Otra opción es afincarse en los Estados Unidos: “Los narcos han hecho todo lo posible por alejar a sus familias de esa realidad”, destacó un diario de Los Ángeles, California, respecto a esta situación.