Desde hace 60 años, Susana Gabriela Arróyave Gutiérrez es aficionada al Club Guadalajara, popularmente conocido como las Chivas, en las buenas, malas y peores; sin embargo, su amor hacia México y la educación han sido un motor para combinar su pasión al futbol con el trabajo en las aulas.
La maestra de preescolar instruye a sus estudiantes la importancia de ser buenas personas en la escuela y la vida, “pues es como una labor de director técnico, enseño y corrijo lo que está mal, para que mis alumnos aprendan; tengo tarjetas amarillas y rojas en el aula, porque también pongo castigos, pero premio cuando lo merecen”, dijo.
La afición de irle al Rebaño Sagrado se da porque, apenas a los seis años, su padre la lleva a un partido del Guadalajara y, desde ahí, quedó ‘flechada’ por el club de sus ‘amores’.
“Desde ahí el futbol representó todo para mí. A mis niños, en la escuela, les enseño el valor que significa ser mexicano ante la sociedad y la familia; pongo de ejemplo al Chicharito como persona preparada y que lucha por conseguir sus metas, a pesar de que lo critiquen”, añadió.
Entre playeras de las Chivas, que le dan satisfacciones y recuerdos, añora los tiempos del Campeonísimo.