Josse Kipf llevó a cabo un fraude informático con el fin de modificar una base de datos gubernamental y simular su fallecimiento, con el propósito de eludir la obligación de manutención de su hijo. A pesar de que su acta en Hawái señalaba que había "fallecido en 2023", una investigación federal reveló que continuaba con vida en Kentucky.
El sujeto robó las credenciales de un médico para acceder al sistema de registro de defunciones de Hawái y certificar su propia muerte. Luego, vendió información privada a compradores internacionales de países como Argelia, Rusia y Ucrania para obtener una nueva identidad, según informaron los fiscales.
Hacker fingió su muerte para no pagar pensión alimenticia
Kipf ha sido acusado de hackear bases de datos en los estados de Hawái, Arizona y Vermont, así como de infiltrarse en los sistemas de importantes cadenas hoteleras entre junio de 2022 y junio de 2023. Se le atribuye la divulgación de métodos para acceder a registros de defunciones en foros en línea y el robo de identidades de tres individuos con el fin de cometer fraude, vendiendo información personal, incluyendo números de Seguridad Social e historiales médicos. Además, tras registrar su propia muerte, logró obtener un número de Seguridad Social falso para adoptar una nueva identidad. Las imputaciones en su contra incluyen usurpación de identidad, falsedad en declaraciones y falta de pago de pensión alimenticia.
Kipf, de 39 años, ha sido sentenciado a una pena de seis años y nueve meses de prisión por los delitos de fraude informático y robo de identidad. Además, se le impuso una multa de 195,750 dólares en concepto de daños. Asimismo, se dio a conocer que tiene una deuda superior a 116,000 dólares en concepto de manutención infantil, correspondiente a su hija y a la madre de la menor.