Al menos 60 familias de 'paracaidistas' se han hecho pasar por damnificados del pasado terremoto del 19 de septiembre para recibir víveres y, si se puede, hasta exigir una casa al gobierno de la Ciudad de México.
Aprovechando la contingencia de hace dos semanas, estas familias, lideradas por Telésforo Francisco Martínez, montaron un campamento en la calle Roma de la colonia Juárez y colocaron mantas para solicitar ayuda. Numerosos voluntarios han llegado al lugar con agua, comida y hasta ropa, ignorando que se trataba de una farsa.
“El 20 de septiembre llegaron autos de estudiantes de la IBERO y algunos vecinos de Chapultepec que les dieron comida creyendo que se trataba de verdaderos damnificados. Les vieron la cara, pero como vecinos no podemos decir nada, porque se la agarran contra nosotros”, explicó un vecino de la zona que por seguridad omite su nombre.
De acuerdo con habitantes de la calle, este campamento ha ocasionado diversos problemas de movilidad, ruido, acumulación de basura, malos olores y hasta narcomenudeo y robo de autopartes.
“En la madrugada se puede ver a varios hombres que están rondando las calles, que llegan otras personas a comprar droga y luego se van. También hay niños sentados en la banqueta ‘moneándose’, niños de entre dos y 10 años deambulando por la zona sin compañía de un adulto.
“En su campamento hemos contado 33 niños que andan solitos y que están despiertos hasta las 2 de la mañana. Aparte de que han hecho insegura la zona, tampoco cuidan de su familia. No se vale”, denunció otro vecino anónimo.
Desde el terremoto de 1985 este grupo de personas se apoderó del predio con el número 18 de la calle Roma en la colonia Juárez, que albergó la primera ‘Casa España’ y la cual pasó varios años vacía. Estas familias destruyeron el inmueble para edificar pequeñas casas con techo de lamina y desde hace 32 años se han apoderado del terreno.
“Hemos levantado denuncias, pero nunca han hecho algo para desalojarlos. No podemos dejar por un ratito abierta las puertas porque se meten y para sacarlos es muy difícil porque son muy violentos. Se han metido al patio del edificio donde vivo y se han robado las bicicletas”, indicó el habitante de la calle.