El Vaticano confirmó el día de hoy que el Papa Francisco estará dando su emblemática bendición urbi et orbi el Domingo de Pascua (20 de abril) desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
Francisco se encuentra aún convaleciente tras cinco semanas hospitalizado por neumonía. Hasta el momento, se desconoce si el pontífice estará presente en otras ceremonias de la Semana Santa, la decisión final dependerá de su evolución en las terapias respiratorias y motrices que están incluidas por al menos dos meses más.
La aparición pública del pontífice se vuelve una luz de esperanza para todos sus seguidores quienes se habían mantenido preocupados y atentos a las últimas noticias. Aunque se le vio visiblemente débil y con voz temblorosa al salir del Hospital Gemelli, su determinación por mantener este simbólico acto (que solo él puede realizar) tranquiliza a los 1,400 millones de católicos preocupados por su estado. “Es un signo de esperanza en medio del sufrimiento”, comentó una fuente vaticana a AFP.
El secretario de Estado, Pietro Parolin, admitió que Francisco “no podrá volver a sus actividades como antes” y que el Vaticano está diseñando un nuevo esquema de trabajo adaptado a sus limitaciones físicas. Actualmente, el Papa reside en Santa Marta, sin audiencias ni visitas, dedicado por completo a su rehabilitación.
Este 27 de abril es la canonización de Carlo Acutis, “influencer de Dios” y la Santa Sede no ha confirmado la asistencia del pontífice en la ceremonia, por lo que se sugiere que la presencia de Francisco en la Semana Santa será muy limitada.
El cardenal Parolin enfatizó la necesidad de “encontrar medios diferentes” que permitan al Papa ejercer su ministerio sin comprometer su recuperación.
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