Una boda celebrada en Nueva Jersey se vio sorpresivamente interrumpida por la llegada del invitado más inimaginable: Donald Trump.
Resulta que la recepción se llevaba a cabo en el club de golf en Bedminster, propiedad del magnate, quien al darse cuenta del evento decidió pasar y convivir con la pareja e invitados durante algunos minutos.
Después se supo que Trump pasó el fin de semana ahí, pues realizó una recaudación de fondos para un congresista republicano que lo apoyó en la iniciativa que sustituirá a la ley de salud Obamacare.
En su mayoría, los presentes se alegraron por la presencia del presidente e incluso lo alentaron con gritos y porras.
Donald fue criticado por usar su fotografía en los folletos de estos lugares y ofreciendo la posibilidad de aparecer sorpresivamente en la fiesta si se encuentra cerca.