Mientras el resto del mundo está confinado, Wuhan, la ciudad donde se originó el COVID-19, comienza a regresar a la 'normalidad', si es que hay tal cosa tras la pandemia. Esta semana, la urbe china vivió una peculiar vuelta a clases.
Los estudiantes de Wuhan regresaron a las aulas con cubrebocas, protectores especiales, unos hasta con guantes, se les tomaba la temperatura y además, a la hora de comer no podía sentarse más de uno en la misma mesa.
Además, en algunas escuelas incluso se colocaron mamparas de plástico entre cada pupitre. Cabe aclarar que únicamente fueron los alumnos del último año de preparatoria los que regresaron a las clases presenciales.
La agencia estatal china estima que son unos 50 mil alumnos los que regresaron a las escuelas. Aproximadamente 10 millones de jóvenes chinos iban a presentar exámenes de admisión universitaria en junio-julio, pero estos fueron aplazados.