Apoyan Fundación W. K. Kellogg y el PNUD 40 comunidades rurales del sureste de México
A través de un comunicado se ha anunciado que la Fundación W. K. Kellogg y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México se han aliado para ayudar a 40 comunidades rurales del sureste de México para fortalecer su autonomía, sostenibilidad y empoderamiento en la gestión de recursos para actividades productivas (café, artesanías, miel y turismo comunitario), en la producción de alimentos y en la gestión de recursos hídricos.
¿Cuál es el propósito de esta alianza?
Esta alianza busca darles oportunidad de acceder a instrumentos de ahorro y crédito, a innovaciones técnicas inclusivas basadas en el conocimiento local para conservar la agrobiodiversidad (semillas nativas, recuperación de características genéticas nativas en aves de corral de traspatio, apicultura y meliponicultura), así como a actividades de ciencia ciudadana para conocer y proteger mejor sus recursos.
“La alianza permitirá ampliar el impacto ya logrado por los procesos locales apoyados por proyectos de ambas instituciones en los años recientes, sobre todo a partir de la pandemia Covid-19”, anunció Verónica Fernández de Castro, oficial de Programa senior de la Fundación W.K. Kellogg.
También, el representante del PNUD en México, Lorenzo Jiménez de Luis, dio unas palabras sobre esta alianza.
“La iniciativa busca que comunidades que históricamente han estado en situación de marginación generen soluciones locales, que no sólo sumen a su desarrollo humano, sino que contribuyan al logro de varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como el ODS 2 ‘Hambre cero’, el ODS 6 ‘Agua limpia y saneamiento’ y el ODS 15 ‘Vida de ecosistemas terrestres’”.
¿Qué está pasando en estas zonas rurales?
Los cambios climáticos han impactado a las comunidades rurales de la Península de Yucatán y Los Altos de Chiapas, provocando pérdidas de producción debido a sequías prolongadas, inundaciones causadas por fenómenos hidrometeorológicos y cambios en la temporada de lluvias.
El representante del PNUD en México explicó que, por un periodo de 18 meses, el proyecto trabajará con grupos de producción comunitarios previamente apoyados por el PNUD. “Se busca que con el conocimiento adquirido a partir de esta alianza, expandan y consoliden los logros alcanzados y cuenten con las herramientas para fortalecer su autonomía y sostenibilidad en la producción de alimentos y en la gestión de recursos hídricos”.
¿Cómo ayudarán a las zonas afectadas en esta alianza?
En los Altos de Chiapas, esta nueva alianza ampliará su impacto al lanzar una nueva convocatoria que permita que las comunidades presenten proyectos que amplíen sus actividades productivas (café, milpas de ladera, cacao y artesanías, entre otras) con un enfoque biocultural, de inclusión social, género y derechos humanos.
Se busca que estas nuevas iniciativas presentadas incorporen a las nuevas generaciones e incluyan insumos agroecológicos y tecnología segura.
Así como trabajar con 20 comunidades de la Península de Yucatán para crear comités locales de agua, que estén liderados por mujeres, e intercambiar buenas prácticas con otras redes existentes, con el objetivo de evitar la contaminación del vital líquido y prevenir efectos negativos en la salud en el corto y largo plazo.
En otras 25 comunidades mayas se trabajará para que las personas incorporen medidas para proteger la agrobiodiversidad, impulsar el ahorro solidario, y para asegurar la calidad del agua, entre otros, que contribuirán a fortalecer sus sistemas de producción de alimentos ante las crisis y desastres climáticos.