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Opinión

Vero Velázquez

Una experta del mundo Running, quien nos dará los mejores tips para correr y llevar un estilo de vida saludable.

Neuronas flojas

2018-11-16 | Verónica Velázquez
VERóNICA VELáZQUEZ
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En esta época de frío es muy común encontrar un millón de excusas para no salir a correr y al parecer, el pretexto del clima no es una señal de que somos flojos, sino que podría ser un mecanismo de respuesta evolutiva dictada por nuestro cerebro. 

Un estudio recientemente realizado por científicos de la Universidad de Columbia Británica en Canadá, sugiere que la principal barrera que nos impide ir al gimnasio o salir a correr no es sólo falta de motivación, tiempo o energía, sino que es una señal que se genera en nuestra mente. 

Según los investigadores, nuestros cerebros están condicionados a elegir el camino más fácil o el que implique el menor gasto energético, incluso piensan que lo que quiere el cerebro es que conservemos energía, que podría traducirse a ser sedentario.

Para llegar a estas conclusiones, en el estudio se realizaron electroencefalografías para verificar la actividad del cerebro de 29 participantes adultos deportistas. 

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En el experimento se midió la reacción del cerebro ante la instrucción de mover un ávatar digital a ciertas imágenes que representaban actividad física o sedentarismo. 

Y el hallazgo fue interesante, ya que cuando se acercaban las imágenes de ejercicio, los datos mostraron que sus cerebros tenían que trabajar más duro, como si de pronto se activara un freno contra el cual tuvieran que pelear.

Las reacciones sugieren que el cerebro siente una atracción automática por los comportamientos sedentarios y desde el punto de vista evolutivo, lo que parece flojera es un acto para minimizar el gasto de energía. 

Este "ahorro" de energía fue muy útil durante la evolución que nos dio ventaja para la supervivencia Los investigadores aseguran que aunque se tenga la mejor intención de estar activo, el cerebro puede traicionarlo al querer ahorrar energía. 

Pero obviamente esto no quiere decir que tenemos perdida la batalla contra la flojera, basta con reforzar el entrenamiento mental y recordar que nuestro cuerpo no es el flojo, sino a veces, son nuestras neuronas que creen que tienen que defendernos para seguir evolucionando.