Ya se calienta el Clásico
Guarden en la memoria la fecha 21 de noviembre que ya está grabada en la mente de todos los aficionados españoles. Bueno, es una fecha de interés futbolístico universal porque esa tarde el Barcelona visita al Real Madrid, en su primer duelo de la temporada con el debate sobre cuál de los dos equipos tendrá mejor año. La última jornada de la Champions no lo ha aclarado y quién sabe si los próximos partidos aclararán las cosas, sobre todo si tanto Messi como el resto de los lesionados vuelven a las alineaciones.
Pero estos días no se habla de temas deportivos. Un Real Madrid-Barcelona siempre está rodeado de polémica y en este caso el fuego lo ha iniciado la presunta denuncia de un árbitro auxiliar, lo que siempre ha sido juez de línea, afirmando que ha recibido presiones para perjudicar al Barcelona en el caso de ser designado como parte del equipo arbitral del Clásico.
Insinúa a través de su abogado de haber recibido las indicaciones de un dirigente arbitral, a través del posible árbitro principal, pidiéndole que sea él desde la banda quien señale las acciones contra los azulgranas porque serían menos polémicas que si las protagoniza el principal. Un lío que alimenta la polémica. ¿Hay que creérselo? Yo no me lo creo.
Nuestro futbol puede tener zonas oscuras, como en muchos países, pero es difícil imaginar que una autoridad arbitral haga unas indicaciones tan directas contra un equipo. Si ocurriera algo así alguna vez, el procedimiento sería distinto y nunca de una forma tan abierta. Tampoco hay argumentos para pensar en un intento de perjudicar al Barcelona, ni por razones deportivas ni políticas. Quizá la política haya motivado esta denuncia anónima. Aquí puede estar la clave.
La noticia ha corrido como la pólvora por los medios de comunicaciones y hay una lluvia de declaraciones poniendo en duda la veracidad de la denuncia, aunque la policía está investigando lo sucedido por si encuentra indicios. No encontrará nada, pero la polémica rodeará al partido y será una presión añadida a los árbitros encargados de dirigirlos. Si se equivocan en alguna decisión importante, como a veces ocurre, seguirá la polémica... Un Real Madrid-Barcelona, de una u otra forma, es un acontecimiento que supera lo meramente deportivo.
Mientras que llega esa fecha, el Real Madrid de Benítez ha intentado mostrar una imagen más ofensiva en París. A pesar del empate a cero en el marcador, las crónicas hablan de un juego más ambicioso, de una búsqueda más constante del gol... aunque no lo encontrara ni Cristiano Ronaldo. Lean cómo se justifica a un Real al ataque: “El Real Madrid disparó 17 veces, siete más que su rival. De esos lanzamientos, encontró portería en cuatro ocasiones, mientras que el PSG disparó entre los tres palos dos veces más. El Real Madrid botó nueve córners, mientras que los franceses sólo cuatro”. Los que ven al equipo de Benítez defensivos también apuntan el dato que en las jornadas de Champions disputadas ha sido el segundo más rematador con 63 disparos, por los 73 del Bayern Munich.
Pero no sigamos por esta línea que no somos matemáticos. Valgan los datos para observar que el foco está puesto en el nuevo estilo de juego del Real Madrid. Mien-tras presume de ser ofensivo olvida poner en valor que se ha convertido en un muro infranqueable, con Keylor Navas en figura destacada. A ver si resulta que es vergonzoso tener una buena defensa...
Volvamos a la Liga que nos ofrece dos partidos especialmente interesantes: Celta-Real Madrid y Atlético de Madrid-Valencia. No olviden que el Celta comparte liderato con Real y Barcelona, y que está siendo el equipo revelación de la temporada por la calidad de su juego y los resultados que está obteniendo. En el Calderón, el Valencia se pone a prueba y pone a prueba al Atlético. Partido de pronóstico incierto mientras el Barcelona lo tendrá fácil ante el Eibar.