Hoy terminé de ver el documental de Roger Federer "Los últimos doce días" y me llevó a hacer distintas reflexiones en los valores que un deportista debe tener para figurar en la historia de su deporte, porque no basta con ser bueno en el campo o en la cancha, sino también fuera de ella.
Lo que marcó un jugador como Federer a distintas generaciones, no solo fue su elegancia y su habilidad en el tenis, sino todo lo que alrededor coincidía con su excelencia.
El hecho de que hoy veamos a un Messi o Cristiano Ronaldo más maduros y conscientes de la "humanidad" con la que también hay que contar para seguir trascendiendo es también un ejemplo de ello.
El deportista no solo debería de aspirar a ser bueno, a destacarse o a comprarse autos de lujo y vivir en riqueza, sino en trascender en la historia del deporte y por qué no en la sociedad a nivel mundial.
Roger Federer lo hizo y con el documental es claro que la congruencia de su vida personal fue igual con su vida en las canchas, y sin dejar de ser menos, sus acciones fuera del deporte para seguir impulsando a sus amigos-rivales y a la formación de más chavitos en el tenis.
Me llevó a pensar en jugadoras de futbol que han hecho historia, pero que, por alguna razón, se han perdido un poco o las han perdido otro poco y que ya no sabemos más de ellas.
Es bonito recordar que aunque se hable de un deporte relativamente joven, trascendieron en "la vida y en la cancha", pero que lamentablemente, como toda la estructura del futbol femenil se queda a medias la proyección de muchas de ellas. Que, ojo, no significa que ellas pasen desapercibidas, pero simplemente aún no hay una gran masa de seguidores para proyectar sus historias.
Como aquí hablamos de futbol femenil, recordé a mi primer ídolo que fue Mia Hamm, estadounidense que en la selección portaba el número '9'. Fue una jugadora que por allá de los 2000 fue una locura en el futbol femenil internacional. Ganó dos Mundiales y dos medallas de oro en Juegos Olímpicos en Atlanta y Atenas, fue la máxima goleadora con la selección hasta que llegó Abby Wambach.
Mia fue la primera futbolista en ganar el Balón de Oro por ser la mejor jugadora de la FIFA en el 2001 y 2002, también fue la primera mujer en firmar con Nike y si no me falla, fue mucho antes que Serena Williams.
La "Jordan del soccer" la rompió, estaba en todas las tiendas deportivas, veíamos por primera vez a una mujer que jugaba futbol y sus tachones estaban al alcance de las que jugábamos, aún peleando por espacios femeniles en las canchas. Juro que enloquecía al verla jugar y a aspirar a tener su jersey.
Pero no eran tiempos de tanta transmisión del futbol femenil en Estados Unidos, yo creo que solo las que jugábamos soccer teníamos idea de quién era.
Hoy ya tiene más de 50 años y preside una fundación que apoya a familias que esperan trasplantes de médula ósea, es copropietaria de Los Angeles FC, forma parte de la junta directiva del club AS Roma de la Serie A en Italia y fue embajadora del Barcelona como marca en el mundo.
Su vida en redes está activa, es un personaje que debería de llegar a todas las jugadoras de futbol femenil en el mundo. Un buen dato es que es parte del videojuego EA Sports FC24, aunque claro Nintendo también le hizo su propio videojuego Mia Hamm Soccer 64.
Un día tendremos a más mujeres en el deporte y ojalá que sea en el futbol que sea donde dejen grandeza en la historia del deporte y en sus acciones fuera de la cancha.
Porque después de ver a Federer, sin duda, tardará mucho tiempo para tener a un jugador como él en el tenis, pero ojalá que en el futbol femenil internacional o mexicano, lleguemos a conocer a personalidades que trascienden por su ética, valores y profesionalismo.
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