Todo el mundo está hablando del polaco y no es para menos, ya que no sólo convirtió 5 goles en 9 minutos, también rompió varios récords y se colocó en la historia de la Bundesliga.
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Fueron al 50, 51, 54, 56 y 59 los minutos de júbilo del polaco y del club alemán, aun no paraban de festejar uno, cuando ya estaban gritando el otro y el otro gol.
Y sólo para ver desde otro ángulo la magnitud de lo hecho por el atacante polaco, aquí les va una comparación con algunos clubes de la Liga germana: el delantero del Bayern marcó en menos de 10 minutos más goles que 6 equipos a lo largo de seis fechas. Lewandowski, con 8 tantos al momento, anotó los mismos goles que Stuttgart (5) y más que Ausburgo (4), Hoffenheim (4), Hannover (4), Ingolstadt (3) y Bayer Leverkusen (3). ¡Increíble!
Aun así, el ‘9’ del Bayern estuvo a nada de romper un récord que lo hubiera dejado en la inmortalidad del futbol alemán. Gracias a Ricardo Rodríguez, defensa del Wolfsburgo, que se lo impidió.
Al minuto 68, Lewandowski remató un centro raso de Douglas Costa que parecía su sexto tanto, pero terminó en un rechace en la línea del defensa suizo.
Fue así que el polaco quedó a un solo gol de un récord único: convertir seis goles en un partido. Marca que aún conserva, en solitario, Dieter Müller, futbolista de la década de los 70, quien convirtió esa cantidad de goles con la camiseta del Colonia frente al Werder Bremen, en la temporada 1977-78.
Ni hablar, a pesar de los 5 tantos, Lewandowski se hubiera quedado con un récord prácticamente único y casi inigualable.
Ahora analicemos los 5 goles:
El primero empezó desde los pies de Neuer; prácticamente todo el equipo tocó el balón, hasta que llegó a la banda izquierda y mandaron un centro; lo sobresaliente fue el desmarque del polaco y el seguimiento de toda la jugada evitando el fuera de lugar (habilidad esencial de todo delantero).
En el segundo, apenas estaba terminando de celebrar Lewandowski su primer tanto cuando se encuentra un balón rechazado de la defensa y fuera del área define al ángulo inferior derecho del portero; lo sobresaliente fue que el delantero dejó entrar el balón a su perfil, permitió que rodara la pelota y no la detuvo con algún tipo de recepción; eso le quitó tiempo de reacción a la defensa del Wolfsburgo.
El tercero fue un contragolpe del Bayern que le permitió al polaco sumar su tercer tanto; lo destacado fue que el delantero manejó a la perfección los dos perfiles, es decir, recepcionó con izquierda, le pegó con derecha, el esférico rebotó en el poste, volvió a recibir con izquierda y terminó definiendo con el pie derecho; cualquier otro delantero que maneje un solo perfil no hubiera culminado la jugada.
El cuarto fue un excelente desborde por la banda derecha de Douglas Costa, mandando el centro que terminó definiendo el delantero; lo sobresaliente fue que, aparte de seguir toda la jugada, Lewandowski se mantuvo por detrás de su compañero Müller (el otro delantero del Bayern) es decir, que si su compañero se equivocaba o el balón iba un poco retrasado, el polaco estaría ahí para clavarla; así llegó el ‘Lecuatrowski’.
Y el quinto (el mejor de todos), fue una tijera dentro del área que dejó parado al portero rival; lo destacado fue el recurso obviamente, pero al final destacaría aún más todas las opciones que tiene el polaco en la cancha para hacer daño. Gol de zurda, dos de derecha, uno fuera del área y de tijera, fueron las variantes con las que el delantero mató al Wolfsburgo.
Una noche inolvidable para Lewandowski, para el Bayern Munich y sin duda para nosotros mismos, ya que fuimos testigos de algo que no se repetirá sino hasta varios años después.
Nos leemos en mi siguiente columna y no olviden mandarme sus comentarios y/o sugerencias a mis redes sociales, bye.