En la COPA AMÉRICA todo empezó con el mal estado del césped en las canchas de los estadios de New Jersey, Miami, Las Vegas y Los Ángeles, mismos que fueron revelados por varios entrenadores y luego, sancionados por decir la verdad (saludos a Lionel Scaloni que fue el primero). Aunque esto, lo del pasto, terminó siendo PECCATA MINUTA comparada con lo que pasaría jornadas más tarde.
Después, continuó con enfrentamientos aislados en las gradas entre aficionados de algunas selecciones, por suerte sin mayores consecuencias. Posteriormente, el grado de violencia fue aumentando y la nota se dio tras la derrota de URUGUAY frente a COLOMBIA en donde algunos jugadores charrúas se metieron hasta las plateas para agarrarse a “trancazos” con aficionados cafetaleros. Ante esta situación, el futbol ya había pasado a un segundo plano y otro entrenador había salido a declarar sin TAPUJOS en contra de la organización de la COPA (saludos a Marcelo Bielsa).
Pero si pensábamos que ya todo había sucedido, estábamos muuuuuuuuy equivocados, lamentablemente. Aún faltaba la final entre ARGENTINOS Y COLOMBIANOS. Y con esto... "el desastre". Los hechos son de todos conocidos, me refiero a lo sucedido antes del inicio del retrasado partido, así que no los repetiré.
Lo que ENCABRONA aquí es la ignorancia y sobre todo el “valemadrismo” de los directivos sudamericanos (CONMEBOL), que conociendo a la perfección la mala conducta (por decirlo de manera elegante) de una buena parte de los “hinchas” de estos países, no se hayan tomado las MEDIDAS PREVENTIVAS necesarias y básicas.
Sé de buena fuente que la CONCACAF se ofreció a colaborar firmemente y con mucho gusto en la organización del evento, pero la “soberbia” de los que operan en la ciudad de LUQUE, ASUNCIÓN (PARAGUAY), no se los permitió, alegando y asegurando que ellos podían solos con el paquete.
Más tarde, de todos fue conocido también, que se pasaron la BOLITA de unos a otros en el tema de las responsabilidades y hasta se acusó de falta de eficiencia a la POLICÍA del Condado Miami Dade que aportó sólo 500 elementos de seguridad cuando por lo menos, y trasladándolo al ámbito local, en un Clásico Nacional entre AMÉRICA Y CHIVAS (por poner un ejemplo nomás), se destinan no menos de 1,000 policías. Por si faltaba algo y ridiculizando aún más a la CONMEBOL, ayer los encargados del HARD ROCK STADIUM sacaron su comunicado lavándose las manos sobre lo ocurrido y, además, citando la gran experiencia que tienen en la organización de eventos masivos.
En fin, el ahorrarse una lana en la prevención y atención de la VIOLENCIA en una FINAL que involucraba a dos países extraordinarios, bellos, alegres, hospitalarios, futboleros y principalmente, muy apasionados (pasión muchas veces mal entendida y aplicada, desafortunadamente), casi provoca una TRAGEDIA peor de la que se vivió, en un “país” que además, se JACTA de saberlas de todas, todas, en materia de “seguridad y organización”.
Claro, la organización de un MUNDIAL es otro boleto y la FIFA, afortunadamente, será la encargada de la misma. El máximo organismo del fútbol mundial tiene muchas deficiencias y cosas obscuras, pero “la neta, la neta”, de esto sabe un chorro. Quedan dos años para mejorar en todos los sentidos y que lo sucedido el domingo, NO SE REPITA. ¡Ojalá así sea!