Nuevamente vemos al soberbio César Ramos. Pensó que podía arbitrar sin tarjetas y se le complicó el Clásico entre América y Chivas.
Una expulsión que no hizo a Calderón y dos conatos de bronca donde no expulsó a Sánchez por golpear a un adversario en la cabeza y a Ponce por encajarle el dedo en el ojo a Henry Martín.
Ahora entiendo por qué fue retirado año y medio de los Clásicos. Lució sobrado, menospreciando los partidos y sintiéndose un divo del arbitraje. Dejó de ser el mejor árbitro de México por su actitud y bajo nivel.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: CLÁSICO NACIONAL: AMÉRICA Y CHIVAS IGUALARON SIN GOLES