Que no les digan, que no les cuenten, aquí va la verdadera historia de la maldición de La Parka que pudo provocar su muerte, de la cual ya en algunas ocasiones les he escrito y hasta platicado, pero como por ahí ya vi a algunos “creadores” de contenido colgándose de mi información y hasta presumiéndola como suya, me parece oportuno recordárselas… y la maldición también.
A lo largo de la historia de la lucha libre han existido un sinfín de gladiadores, varios de ellos triunfadores, con talento arriba del cuadrilátero, algunos capaces de salir de México y tener éxito para ganarse un nombre a nivel mundial, pero hay pocos, muy pocos, que lograron trascender más allá de las cuerdas, al grado de que cualquier persona, aficionada o no a la lucha libre, es capaz de saberse su nombre y reconocer su máscara entre tantas, uno de ellos fue Jesús Alfonso Escoboza Huerta, mejor conocido por todos como La Parka, quien lamentablemente falleció hace ya casi 5 años… ¿Pero qué pensarían si les digo que su muerte pudo haber sido provocada por una maldición?
Como todos saben, el estandarte por muchos años de la empresa Triple A falleció el 11 de enero de 2020, producto de una falla renal y daño en los pulmones, según la versión oficial que dio a conocer la Caravana Estelar en un comunicado.
Obviamente, todo esto se originó meses antes, tras aquella trágica función del 20 de octubre de 2019, organizada por la promotora Kaoz Lucha Libre para celebrar el 64 Aniversario de la Arena Coliseo de Monterrey. Aquella noche, Rush y Murder Clown fueron los rivales de La Huesuda y L.A. Park. ¡Caray! Quién lo iba a decir, que Chuy, como se le conocía en vestidores, haría equipo en su última lucha con Adolfo Tapia, el mismo hombre con el que tuvo una rivalidad personal por años e incluso una lucha para quedarse con el nombre de La Parka. O sea, podríamos decir que ese día, La Parka llevaba de compañera en el ring a La Auténtica Muerte.
Tras el maldito golpe que se dio La Parka al intentar impactar con un tope a Rush, luego de que se atoró con las cuerdas, se quedó corto en el vuelo y aterrizó de cabeza contra las vallas de metal, nada volvió a ser igual. Fueron semanas hospitalizado, sin poder moverse, sin poder hablar, necesitando la ayuda de quienes lo cuidaban para todo. Perdió peso, esa larga cabellera de hippie que lo caracterizaba y que hacía juego con sus chamarras de cuero arriba de la moto, desapareció, así como sus chistes, sus bromas, su coquetería con las mujeres y esos consejos que dio a decenas de luchadores a los que apadrinó a lo largo de su carrera, pues Chuy ya sólo se comunicaba con señas, abriendo y cerrando los ojos. Fueron meses dolorosos para él, para su familia, para sus amigos y para los miles y miles de aficionados que tenía a lo largo del país.
Y es que imagínense, ese luchador carismático que era La Parka, capaz de por sí solo llenar una arena, firmar cientos de autógrafos función tras función, ser reconocido en televisión, ocupar portadas de periódicos y revistas, ser la imagen de comerciales, de marcas o campañas publicitarias y encabezar por más de 20 años una de las empresas más importantes de lucha libre en México y el mundo, ese luchador, de la noche a la mañana quedó postrado a una cama, pasando ahí sus últimos meses de vida hasta que recibió su boleto a la Arena Celestial.
Pero ahora les contaré la otra versión, la que pocos saben o de la que pocos se animan a opinar, pues muchos simplemente no la creen o tienen miedo de que pueda ser verdad.
Para ello tenemos que echar el tiempo atrás, ir exactamente al sábado 21 de septiembre de 2019, es decir un mes antes del accidente en la Coliseo de Monterrey, aquel día algunas estrellas de Triple A se presentaron en una función que tuvo lugar en la Arena López Mateos, de Tlanepantla, Estado de México y que llevó por nombre Lucha Fan Fest XI. Ese día La Parka hizo equipo con Pagano y Joe Líder para enfrentar en la lucha estelar a Murder Clown, Monsther Clown y Dave The Clown. Por increíble que parezca, si ustedes hacen una búsqueda en internet de esa función y esa lucha, no encontrarán nada más que el cartel y unas cuantas fotos de los enfrentamientos previos, pero no del estelar. Si no me creen, los reto a buscar.
Las diferentes fuentes consultadas cuentan que aquel día, mientras La Parka atendía a los aficionados como era su costumbre, se acercó a él un hombre que se presentó como un brujo de la zona y le entregó en sus manos una piedra, no hubo mayor diálogo, ni un recado, ni tiempo le dio de preguntar qué era o quién se lo había mandado, sin embargo, cuentan sus más cercanos que Chuy sintió algo, llámenle mala vibra, miedo, superstición, como quieran, pero desde ese momento algo cambió.
De hecho, se dice que aquella vez La Parka se puso un tanto violento en vestidores con quien era su asistente y fotógrafo, apodado ‘Furcio’, pues este en su intento por deshacerse de la piedra la tomó y cuando eso pasó, el luchador le pegó en la espalda y le dijo que no la tocara, pues no sabía qué era en realidad o si buscaban hacerle algún tipo de daño.
Conforme pasaron los días se fueron presentado más cosas extrañas o negativas, desde lo más simple como que, en cada función en la que se presentaba La Parka, sus fotos y productos oficiales que todo mundo antes pedía, dejaron de venderse, algo increíble, tomando en cuenta que era uno, si no es que el luchador más popular que llegaba a cada plaza. Por su parte, a su asistente, el mismo que tomó la piedra e intentó deshacerse de ella, también le empezó a ir mal y tuvo varios problemas personales, en específico en su matrimonio.
Pero sin duda el hecho más relevante y que marcó a La Parka en esa racha de cosas negativas fue el supuesto secuestro que sufrió el 30 de septiembre del mismo 2019. Aquella vez el luchador se presentó en una función que tuvo lugar en la Unidad Deportiva Municipal, de Guaymas, Sonora, el estado en donde nació.
Tras acabar de luchar se encontró con dos de sus hijos y se fue al hotel donde estaba hospedado, pero ahí recibió una llamada de un supuesto integrante del crimen organizado quien lo amenazó con lastimarlo a él y a su familia si no acataba lo que le pedía, que en ese momento era irse a encerrar a otro hotel, al mismo tiempo que el delincuente se comunicó para negociar el supuesto rescate con Rey Escorpión, otro luchador de Triple A, precisamente originario de Guaymas, que participó en esa misma función y a quien le dijo que La Parka y sus hijos estaban secuestrados y que para liberarlos había que hacer un depósito de un millón de pesos.
Luego de hacer un pago inicial de 70 mil pesos, se dio aviso a las autoridades locales y finalmente se dio con el paradero de La Parka y sus hijos, a quienes se les informó que sus vidas nunca estuvieron en peligro, solo habían sido víctimas de una extorsión telefónica hecha por delincuentes desde alguna cárcel del país. Por cierto, si quieren saber quién hizo esa extorsión a La Parka, busquen en YouTube un video que se titula ‘Entrevista a un secuestrador’, ahí un hombre confiesa que el luchador fue una de sus víctimas.
Regresando a La Parka, aquel evento de la extorsión fue traumático para el luchador y al mismo tiempo se incrementaron sus malestares físicos, de ánimo, decía sentirse pesado, asustado, presionado, angustiado a veces, otras más de malas, hablaba de su retiro de la lucha libre, en definitiva sentía una extraña sensación que comenzó desde ese día en que recibió la piedra misteriosa, de la cual no quiso deshacerse porque pensaba que era darle más importancia, pero que indudablemente provocó en él una racha de cosas negativas.
De hecho, cuenta la leyenda que Chuy no estaba muy convencido de presentarse a la función de la Arena Coliseo de Monterrey, esa del trágico accidente que provocó su muerte, pues además de lo ya mencionado, la idea de compartir ring con L.A. Park no le gustaba, decía que ya estaba un poco harto de esa eterna comparación que hacían entre uno y otro. Incluso, si echan un ojo a los videos que hay de esa función, La Parka, aunque se presentó como todo un profesional, no se le notaba cómodo en el ring, parecía a destiempo en algunos movimientos, sin fuerza ni agilidad y justo cuando intentó ponerse a la par de los otros luchadores con ese tope que dominaba pese a que no podía estirar el brazo izquierdo, sucedió lo que ya todos sabemos.
Muchos podrán decir que Rush tuvo la culpa, que pudo hacer algo más para evitar que La Parka se golpeara, o que el propio Chuy cometió un error en su ejecución, pero lo cierto es que ese espeluznante accidente se sumó a la lista de cosas negativas que sufrió el luchador en cuestión de solo un mes y que lo terminaron retirando de la lucha libre, le hicieron perder su salud, lo llevaron a una cama de hospital de la que jamás se pudo levantar y finalmente lo rindieron ocasionándole la muerte. ¿Coincidencia o maldición?
Por cierto, un par más de extraños detalles que me gustaría compartirles.
Uno de los sueños de La Parka era que alguno de sus hijos fuera luchador como él, para seguir sus pasos y heredarle su legado, y solo uno lo hizo. ¿Dónde creen que debutó este chavo como Karis La Momia Jr? Sí, en la Arena López Mateos. Y meses después, cuando le dieron el nombre de La Parka Jr., ¿dónde fue su primera presentación con ese personaje? Adivinaron, en la Arena López Mateos, la misma en donde a su padre le dieron la misteriosa piedra maldita. ¿Coincidencia o maldición?
Y por último, esto sí me dejó con el ojo cuadrado... ¿Ustedes sabían que justo el día que murió La Parka, el 11 de enero de 2020, se vencía un seguro de vida que compró el luchador un año antes?
¿Coincidencia o maldición?
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