El inicio de un nuevo ciclo, un nuevo trabajo o un nuevo torneo es el pretexto perfecto para llenarse de ilusiones, objetivos positivos; para trazar el camino al éxito y entusiasmarse con lo que se pretende lograr.
Sin embargo, para la afición celeste, sus inicios parecen ser siempre inciertos, oscuros, entre dudas y zozobra sobre lo que vendrá.
El sábado, con un estadio pletórico, rendido a la causa, Cruz Azul no pudo ejercer su fortaleza y perdió 0-1 frente a Pachuca.
El ruido externo generado semanas atrás se convirtió en ese timbre en el oído que no deja concentrarse. Y es que sólo falta hacer memoria de las semanas pasadas para entender el presente.
La Máquina comenzó contratando a Iván Alonso como Director Deportivo, pese a las recomendaciones del Club Pachuca para que no se le contratara; después de que Alonso salió del club hidalguense entre polémicas por desvió de dinero en contrataciones de jugadores.
Y justo a una semana del inicio del torneo, el club vivió una polémica digna de telenovela cuando su capitán y jugador más activo, Juan Escobar, fue anunciado como “disponible para traspaso” después de enfrentarse en una discusión de palabras con Martín Anselmi al reclamarle que este no le permitiera estar en el cuadro titular.
El culebrón tuvo un digno progreso dramático, después de la pelea, llegó el perdón -según había entenido el propio Escobar-, para concluir con un acto parecido a la traición: el capitán ya no tenía cabida en Cruz Azul.
Por supuesto los reclamos de una afición que genera ternura, por su fidelidad pese a las tempestades, no pasaron por alto.
Y justo eso es lo que debería dolerle al club, no la derrota, sino ver a una afición entregada, llenando la ´nueva´casa, ilusionada por obtener la décima estrella.
Debería ser momento para que el equipo cierre filas, ordene la casa y se concentre en lo verdaderamente importante: su gente. Porque la afición llenará el estadio cada quince días -el torneo pasado la asistencia promedio fue de 23 mil personas- y lo que menos merece es no tener un equipo entregado, ordenado y alineado.