Prisioneros de Concacaf

Christian Martinoli

Christian Martinoli

Christian Martinoli

Christian Martinoli
| 28 Feb, 2020

Los equipos mexicanos viven prisioneros de la Concacaf y aunque siguen ganando dentro de un certamen de bajísimo nivel como es la Liga de Campeones de dicha zona, un día el primario planteamiento futbolístico que se desarrolla durante la justa provocará una inercia sin recuperación para los clubes aztecas que hoy todavía están haciendo todo lo posible por perder, terminan ganando por peso específico, pero no por juego. 

Así no se va a ningún lado. De nada sirve avanzar y obtener este torneo cuando los parámetros de medición son ínfimos bajo cualquier punto de vista. Un torneo inservible que si se gana, en realidad no se gana nada y que si se pierde se entra en un infierno de incertidumbre y pesadez. 

México se alejó del nivel más alto que puede encontrar en el Continente con la excusa de que al ser el socio comercial más importante de este deporte para Concacaf, el mismo rector del futbol en esta zona geográfica no deseó que su gran activo se siguiera fogueando en Conmebol y provocó calendarios interminables para que supuestamente creciera su región futbolística. 

La verdad no se sabe si los demás equipos o selecciones de Norteamérica, Centroamérica, así como del Caribe, han mejorado sus estándares de calidad enfrentando a clubes o a la Selección Mexicana, lo que sí es tajante es que México como entidad balompédica tiende más a empeorar que subir su nivel si se mantiene jugando contra estos rivales. El asunto principal es que poco desean hacer en realidad por mejorar lo deportivo cuando lo económico es básicamente lo que mueve a la gente que trabaja en las oficinas de la Femexfut.

Es demasiado el dinero que se invierte en el futbol de este país y por algún lado desean recuperarlo, por eso se sigue maquillando todo bajo el espejismo de ganar torneos de calidad lamentable en pos de aspirar por competencias de mayor gama y exigencia que no generan ganancias sustanciosas para las arcas nacionales.

Lo de Tigres con Nahuel en el último suspiro y lo de América arrastrándose por conseguir los penaltis de local y contra 10 rivales fue verdaderamente penoso.

Obvio, el resultado para los cuadros aztecas sigue siendo el mayor aliado para esquivar polémicas. Mismos resultados que cuando se buscan en los mundiales para tratar de trascender se transforman en el peor cómplice de la anquilosada Federación Mexicana de Futbol.

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