Su fiesta maquilla la grandeza en riesgo

Carlos Ponce de León

Carlos Ponce de León

Director de Marca, experto en futbol nacional e internacional. En su columna tendrás un análisis veraz y oportuno.

CARLOS PONCE DE LEÓN
| 04 Mar, 2024

El Guadalajara habla y habla y habla sobre su gran afición porque intenta sostener su grandeza en su popularidad, pues hoy ya no la puede sostener con más títulos. El Azteca se convirtió en el gran carnaval del año: 67 mil 623 personas presenciaron uno de los duelos entre grandes más anticipado, la mayoría notablemente apoyaba a Chivas sobre Cruz Azul. La recepción en el aeropuerto de la Ciudad de México fue el preludio de la fiesta, mantas rojiblancas y tambores, gritos numerosos e incesantes que enaltecían al Rebaño.

“Llegamos a nuestra segunda casa”, presumió el Club Guadalajara en redes sociales, “qué gran noche, una pinche locura”, se pavoneó sin parar; “futbol en la Capital Rojiblanca, juega el más querido y popular”. Se agotó la taquilla del Coloso y justo antes del duelo con Cruz Azul, la grada del inmueble de Tlalpan los siguió impulsando. Festival tapatío y el Rebaño no dejaba de alardear en sus cuentas. Hasta que se jugó el partido.

Cuando rodó el balón, Chivas calló. Y cayó. Fue exhibido. El Guadalajara recibió un paseo proporcional a la verbena de sus feligreses en la grada: monumental. La Máquina goleó y demostró que se vuelve candidato real a pelear el título el Clausura 24.

Pero el Rebaño ya había logrado su objetivo. En esta ruda y compleja era profesional, el club tapatío, segundo más ganador de la historia, ya no tiene como prioridad conquistar la Liga MX, lo deportivo pasó a segundo plano; hoy lo más importante para Chivas es mantener esa fiesta con su aficionado, alimentar la narrativa de que son el más popular, apelar a los sentimientos patrioteros para sostener la idea de grandeza que construyeron el siglo pasado, pero que en esta época han fallado para sostener en la cancha con títulos.

El Rebaño se tiene que agarrar de la fiesta de su vasta afición para disfrazar el riesgo en el que ha puesto a su grandeza por la falta de títulos. Carnaval toda la vida, Chivas.

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