Cómo nos hacía falta un cierre así, repleto de cambios en la tabla en la última jornada, con toda la parte de arriba peleando el acomodo de los pases directos a Liguilla, los de la mitad luchando por sobrevivir en el Play In y la parte de abajo disputando cómo quedan los tres peldaños de los porcentajes y sus respectivas multas. Hay mucho por definir, pero una cosa se mantiene aunque más de uno se deje engañar por esta Jornada 16: el América sigue como único gran candidato al título de Liga MX.
La derrota en el Clásico ante Pumas no sólo alborotó a la facción azul y oro, sino que el resto de la Liga se ilusionó pensando que esta versión del Campeón tiene puntos tan débiles que se le puede vencer y robar la corona. Pero no es así, lo que sucedió en el Olímpico 68 es un espejismo, uno creado por la incompetencia de nuestros árbitros.
Parece ocioso repasar los errores del Cantante Guerrero, pero es necesario ver tres fallas clave del silbante para aclarar el panorama, especialmente para el antiamericanismo: Primero, en el penalti a favor de las Águilas, no expulsó a Monroy en oportunidad manifiesta de gol; después, la inexplicable entrada de Quispe sobre Lichnovsky no fue sancionada con otra roja por el juego brusco grave; y por último, estuvo bien expulsado Brian por conducta violenta contra el Chino Huerta, quién también debió irse por la carga violenta sin balón que hace sobre Rodríguez, quien después se la cobra. Vaya desastre.
Encima, el autor del gol del triunfo auriazul es del América, Leo Suárez, quien se sentó en el inicio del torneo en la banca de las Águilas y ante la falta de una regularidad como titular, pidió emigrar a Universidad, donde se consolida como quería. Para que la cuña apriete.
En la semana entreviste a André Jardine y se rehusó a comprometerse a ganar Liga MX y Concacaf; tipo inteligente, que estalló tras la trágica labor del árbitro en CU. El técnico sabe a lo que juega su equipo, espectacular, pero pondera la búsqueda de títulos, por lo que estoy seguro que esta derrota sólo hará encender más a las Águilas, que con el orgullo tocado, sólo se volverán más poderosas, más furiosas por repetir la corona. Quién se aferre a creer que por esta caída, el América dejó de ser el único gran favorito al título vivirá en el engaño y la realidad le dará un duro golpe.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: MENOS DISCULPAS, MÁS CASTIGOS PARA NAHUEL Y TIGRES